El Paraíso de la Espera
Entre tantos dones que Dios ha querido hacer a la humanidad a través de las apariciones, se encuentra también el de desvelarnos pormenores de las realidades sobrenaturales, nunca antes reveladas, hasta del día de hoy, a ningún ser humano. Llenos de gran asombro e inmensa gratitud, somos testigos privilegiados de una realidad nueva para la Iglesia que se refiere al Paraíso.
La única virtud que permanece eternamente es la caridad, como nos enseñan las escrituras: "La caridad no tendrá nunca fin. Las profecías desaparecerán; el don de lenguas cesará y la ciencia desaparecerá" (I Cor. 13, 8)
También la Virgen nos ha dicho: "Recordad que el amor, la caridad continúan en el Paraíso, mientras que la fe y la esperanza se acaban". (Carta de Dios, 2 marzo 2002)
En el Paraíso las almas que ven a Dios, crecen en el amor y son cada vez más semejantes a Él; por esta razón nuestra hermana Marisa, durante las apariciones, repite a menudo que ve a la Virgen cada vez más hermosa.
Este año Jesús y la Virgen nos han revelado que existe el Paraíso de la Espera. Aquí las almas, incluso siendo felices, no gozan todavía de la visión de Dios, porque no han alcanzado el grado de Amor que Él esperaba de ellas.
Cuando Dios lo decide, las almas que están en el Paraíso de la Espera, pasan al Paraíso de la Visión Beatífica donde ven a Dios "tal como es".
El 6 de agosto del 2008, fiesta de la Transfiguración de Jesús, nuestra hermana Marisa ha visto una gran fiesta en el Paraíso en la cual dos Papas: Pablo VI y Juan Pablo I han pasado del Paraíso de la Espera al Paraíso de la Visión Beatífica. La Vidente ha visto una escena maravillosa que describe así: "Cuando se ha abierto el Paraíso he visto que era enorme, inmenso, lleno de flores y adornado de luces de varios colores. En medio de los que estaban en el Paraíso de Espera sobresalía la Madre de la Eucaristía, circundada por ejércitos de ángeles. A su lado estaban Pablo VI y Juan Pablo I. De repente he oído un trueno fuerte y he visto una luz maravillosa. Dios se ha manifestado en Su potencia y en su fulgor, pero yo no lo veía. Me han dicho que alargaba Sus brazos blancos y enormes.
He visto dos Papas venir hacia delante con la cabeza inclinada y las manos juntas.
Avanzaban poco a poco y al llegar delante de Dios, al que yo no veía, se han arrodillado.
Todos los ángeles hacían fiesta y cantaban: aleluya, aleluya, aleluya.
Dios ha hablado a estos dos grandes Papas, mientras los ángeles continuaban dando vueltas y cantando; a pesar de que el cántico angélico era fuerte, oía la voz de Dios, pero no lo veía".
La continuación de la narración de Marisa y sobre todo lo que ha dicho Dios, será publicado en la presentación del volumen que recogerá los mensajes dados durante el período del verano del 2008.
El 14 de septiembre del 2008, fiesta de la Exaltación de la Cruz, otros dos Papas, Pío XI, Pío XII y el papá de Marisa han pasado del Paraíso de la Espera al gozo de la visión beatífica de Dios.
Jesús mismo nos ha hablado de este maravilloso acontecimiento: "Yo, Jesús, he recibido en el Paraíso de la Visión Beatífica, para que gozasen de Dios, a Pío XI, Pío XII y a un señor laico, el abuelo Aladino, del cual están presentes los hijos, los sobrinos y los nietos, éste ha llegado al lado de su esposa. Ha sido una escena maravillosa ver a estas personas entrar en el Paraíso donde se ve a Dios. Yo, Jesús, he ido a recogerlos del Paraíso de la Espera para llevarlos delante del Padre. Tenéis que vivir también vosotros esta gran alegría que estamos viviendo Nosotros". (Carta de Dios, 14 septiembre 2008)
El 24 de octubre, fiesta de la Madre de la Eucaristía, otro Papa, del cual por el momento no conocemos el nombre y que será desvelado por la Virgen sólo aquél día, pasará del Paraíso de la Espera al Paraíso de la visión Beatífica de Dios.
Estos pases son más frecuentes y numerosos de lo que nos son comunicados; a nosotros nos hacen conocer los de las personas ligadas a nosotros de alguna manera y los de los últimos Papas, porque acompañan frecuentemente a la Virgen cuando aparece en el lugar taumatúrgico y rezan mucho por nuestro Obispo, al cual, con el permiso de Dios, se han dirigido algunas veces.
Jesús nos ha invitado a "rezar para que otras personas del Paraíso de la Espera vayan al Paraíso de la Visión Beatífica a gozar de Dios para siempre. Los que están en el Paraíso de la Espera son felices, pero no ven a Dios; poco a poco, cuando Dios lo decida, llegarán delante de Él". (Carta de Dios, 14 septiembre 2008)