La autoridad eclesiastica no ha revelado el tercer secreto de Fatima
El 12 de mayo del 2000 se había creado en la Iglesia una gran expectación por lo diría el Papa el día después en Fátima sobre el famoso tercer secreto.
La Madre de la Eucaristía nos ha ayudado a vivir bien también esta delicada situación: "Hoy, después de tanto tiempo, os pido que oréis por el Santo Padre. No quiere revelar el tercer secreto de Fátima, lo deja para el sucesor".
El 13 de mayo millones de personas asistieron en directo a la celebración eucarística hecha por Juan Pablo II en Fátima y escuchado la homilía pontificia.
Al término de la solemne Concelebración Eucarística, presidida por Juan Pablo II, el cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado, hizo un anuncio en portugués en nombre del Papa.
La visión de Fátima hace referencia sobretodo a la lucha de los sistemas ateos contra la Iglesia y los cristianos y describe el enorme sufrimiento de los testimonios de la fe del último siglo del segundo milenio. Los hechos a los que hace referencia la tercera parte del secreto de Fátima parecen ya pertenecer al pasado.
Cuando las últimas imágenes de Fátima se han esfumado en televisión, de un extremo al otro de la Iglesia resuena una única pregunta: "¿Ha sido desvelado el tercer misterio?". A esta pregunta ha respondido la directa interesada, Nuestra Señora, apareciendo por la tarde a Marisa, en la presencia de diversas personas: "El secreto de Fátima no ha sido desvelado. Cada uno de vosotros en vuestro propio corazón sabe qué pensar y qué decir. Llorar porque este secreto no ha sido desvelado, no sirve de nada. Yo, en cambio, os invito a orar, a fin de que aquel que debe hacer la voluntad de Dios la haga, pero el tiempo pasa. Los hombres de la Iglesia han dicho que el tercer secreto de Fátima no es catastrófico. Incluso el segundo secreto, que hablaba de la segunda guerra mundial no ha sido, siempre según la autoridad eclesiástica, catastrófico, sin embargo han muerto millones de hombres. Si el tercer secreto no es catastrófico, pues bien hijos míos queridos, yo no se como definirlo".
El cardenal Sodano había hecho en Fátima, en nombre del Papa, este anuncio: "Para permitir a los fieles acoger mejor el mensaje de la Virgen de Fátima, el Papa ha confiado a la Congregación para la Doctrina de la Fe la tarea de dar cuenta pública de la tercera parte del "secreto", después de haber preparado un oportuno comentario".
De hecho el 26 de junio Mons. Tarcisio Bertone, secretario de la Congregación de la Fe, y el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la misma congregación, han tenido en el Vaticano una abarrotada conferencia de prensa para publicar el susodicho tercer secreto de Fátima en su totalidad. Todos conocen lo que ha dicho el Prefecto y el Secretario de la Congregación de la Fe, por esto nos abstenemos de repetirlo, pero no saben lo que ha dicho Jesús, Cabeza y Fundador de la Iglesia, sobre el comportamiento de los eclesiásticos en lo que se refiere al tercer secreto.
El Jesús que ha hablado el 26 de junio es el mismo Jesús que atacó a los sacerdotes, a los doctores de la ley y a los fariseos. "Mis queridos hijos, cuando os he pedido que oréis por los hombres de la Iglesia y por los que no hacen la voluntad de Dios, no bromeaba. Lo sacerdotes no se convierten, continúan haciendo daño y hundiendo la Iglesia que no es suya, sino mía. La Iglesia es de Dios y de los que la aman. Alguno de vosotros querría saber un poco más sobre el secreto de Fátima, pero no puedo, por ahora. Los secretos son secretos. Los hombres de la Iglesia han hecho del tercer secreto de Fátima una carga de palabras, mentiras y extraños discursos. Han humillado al hombre sencillo y al hombre inteligente que ama.
El día después Jesús volvió sobre el argumento: "Orad una vez más por este secreto que no ha sido revelado íntegramente".
Recientemente el 28 de octubre de 2001, Nuestra Señora volvió a hablar del tercer secreto de Fátima.
"¿Recordáis cuándo los hombres de la Iglesia hablaron del secreto de Fátima y yo en la carta de Dios dije enseguida que no era verdad nada de los que habían dicho?. Han tratado, también en aquella circunstancia, de jugar con Dios y de una manera negativa. Ahora todos se están dando cuenta poco a poco que este secreto no ha sido revelado. Sin embargo, sacerdotes y grandes prelados continúan jugando con el secreto de Fátima, involucrando a la pobre Sor Lucía, ya anciana y atribuyéndole afirmaciones no verdaderas: "He mentido, he dicho una mentira, me he equivocado". Esto dice la pobre Sor Lucía, para defender a los grandes prelados, a los grandes hombres. ¿Os acordáis cuando el cardenal Ratzinger, monseñor Bertone y monseñor Fisichella hablaban del secreto de Fátima?. Muchos de vosotros pensabais: "Pero si no era catastrófico, ¿para qué esconderlo durante tantos años?". Han transcurrido muchos años, en el solio pontifico se han alternado diversos papas y os habéis dado cuenta que el secreto no era tan sencillo, como decían, porque ha comenzado la prueba de Dios, ha estallado la guerra, han ocurrido terremotos, los terroristas han golpeado duramente. Sólo después que todo ha empezado, después que la guerra ha estallado, después que los terroristas se han hecho sentir, después que los terremotos han ocurrido, también ellos han empezado a hablar. ¿Dónde está la verdad?, ¿dónde está la verdad?. Solamente el Papa y los que han leído la carta original de Sor Lucía, la conocen. El que tiene un secreto no puede revelarlo con tanta ligereza, como hacen muchos sacerdotes que afirman que conocen el secreto de Fátima, ¿qué es lo que saben?. El secreto es mantenido hasta que Dios decide revelarlo. Vuestra hermana custodia muchos secretos que le hemos confiado y calla; desde niña conocía algunos secretos y no ha hablado nunca con nadie, porque Dios le da la fuerza, la ayuda para no revelarlos".
Por último, el 3 de noviembre de 2001, la Madre de la Eucaristía ha dicho:
"No habléis todavía del secreto de Fátima porque no ha sido revelado ningún secreto de Fátima. Los grandes y los pequeños han chismorreado y todavía continúan chismorreando. Exceptuando el secreto de la guerra, ningún otro secreto ha sido revelado, ni siquiera aquí donde aparezco, como Madre de la Eucaristía; los diez secretos son aún actuales y no son bonitos. El secreto de Fátima no ha sido revelado. La carta de sor Lucía no es verdadera; aquella pobre mujer no ha dicho nunca que haya mentido, no puede decir: "He mentido", es como si vuestra hermana dijese: "He mentido, no es verdad que vea a Nuestra Señora", para librarse de todas las preocupaciones, de todos los sufrimientos. A aquella pobre anciana, enferma, le hacen decir todo lo que quieren, porque está en clausura y porque debe obedecer. Ahora ¿recordáis cuando dije: obediencia si, chantaje no?
Poned en práctica estas enseñanzas: obediencia si, chantaje no, nunca obedecer ante el chantaje.