4 de octubre de 2001
El día 4 de octubre de 2001 S. E. Monseñor Claudio Gatti, Obispo ordenado por Dios, celebró la Santa Misa como conclusión de una jornada de adoración eucarística organizada por los miembros de la comunidad para implorar el don de la paz. Marisa, que a causa del reagudizarse de sus enfermedades no había podido bajar a la capilla, seguía la celebración de la Santa Misa vía radio.
Después de la consagración, la vidente ha visto dos relámpagos iluminar la habitación y ha pensado que podía ser simplemente consecuencia de perturbaciones atmosféricas. Cuando Marisa se ha levantado, ha notado dos hostias apoyadas en una escultura de madera que reproducen dos manos que estrechan el cáliz y la hostia y ha visto a la Virgen de rodillas, en profunda adoración delante de la Eucaristía. Marisa se ha preguntado: "¿Por qué, Señor, este milagro desde el momento que tenemos la Eucaristía en la capilla?" y Jesús le ha respondido: "Sólo si los hombres vienen a Mi, Jesús Eucaristía, podrán obtener el don de la paz, de otro modo estallará una tremenda guerra que sembrará muchos muertos, muertos, muertos".
El significado de las palabras divinas no deja dudas: sólo la Eucaristía podrá salvar al mundo de una catástrofe.
Los presentes en la capilla fueron invitados a subir para darse cuenta del milagro acaecido y continuaron la adoración eucarística hasta medianoche. Las hostias emanan el característico perfume que indica que han sido transportadas por la Madre de la Eucaristía.