14 de noviembre de 1996
Del 7 al 14 de noviembre hemos vivido una semana caracterizada por continuos y repetidos milagros eucarísticos. Cada día Jesús o la Madre de la Eucaristía han traído hostias consagradas que emanaban un perfume particular, advertidos por nuestros jóvenes y por los adultos que se han unido a nosotros en la adoración a Jesús Eucaristía. En conjunto hemos recibido veinte formas y una hostia grande que hemos encontrado recostada en una planta de hibiscus, sobre una estatua del Niño Jesús y otra sobre la Madre de la Eucaristía.