26 de noviembre de 1995 - h.10 a.m.
En la aparición del 29 de octubre de 1995, de hecho, Nuestra Señora anunció que el 26 de noviembre, fiesta de Cristo el Rey, sería el "gran día" en el que otro extraordinario evento Eucarístico se produciría.
El 26 de noviembre de 1995, como predijo Nuestra Señora, el "gran día" llegó según la voluntad de Dios y no de personas que acostumbran seguir sólo parámetros terrenales.
Informaremos de la comunicación entera que se distribuyó a los periodistas presentes el 26 de noviembre en Via delle Benedettine.
"Hoy, el 26 de noviembre de 1995, fiesta litúrgica de Cristo Rey, dentro de la comunidad Impegno e Testimonianza, ha habido una reunión de oración en preparación por un anuncio - y acontecimiento - un extraordinario evento Eucarístico. A pesar del inclemente clima, la participación de un gran número de fieles testimoniaron la fe y el amor sostenidos por la Eucaristía y Nuestra Señora. La reunión de oración empezó con el himno "Lodate il Signore" ( "Alabanza al Señor"), con el que los fieles quisieron expresar su alegría al reunirse con Cristo junto con sus hermanos y hermanas. Don Claudio Gatti quien ha sido el director espiritual de la vidente Marisa Rossi por veinticinco años, en su catequesis reconstruyó la historia del presente evento. Subrayó que, de la misma manera que los previos, está nido a las apariciones de María, Madre de la Eucaristía, quien dentro del lapso de unos años, en el nombre de Dios, ha dado mensajes que han sido oleccionados en pequeños volúmenes. éstos destacan la relación esencial que es real y objetiva entre la Eucaristía, la Madre de la Eucaristía y la Iglesia en unión con el Papa y los Obispos en comunión con él. Don Claudio también subrayó que las apariciones Eucarísticas ocurrieron en una atmósfera de meditación y silencio: nunca ha habido la más ligera indicación de fanatismo, ni la búsqueda de sensacionalismo o la creación de un culto a la figura. Por otra parte nos recordó que Jesús, el 25 de junio de 1995 y Nuestra Señora el primero de Julio del mismo año, le anunciaron que la Sagrada Hostia estaría visible y reinaría sobre este santo y taumatúrgico lugar. Es importante recordar que también en Fátima la Eucaristía se hizo visible a los tres pastores por un Angel, aunque de una manera diferente. Don Claudio ha continuado diciendo que por este día glorioso, dedicado a Cristo Rey del Universo, Nuestra Señora ha pedido una novena de oraciones, ayunos y sacrificios: sobre todo Ella ha pedido a todo mundo ir a la santa confesión en sus propias parroquias en preparación de la Santa Misa de la festividad y vivir valiosamente el gran misterio de la Eucaristía y el presente evento. Con este fin debemos esforzarnos en vivir en estado de gracia y amar igualmente a esos que nos hacen sufrir. Después de la catequesis de Don Claudio, siguió el Santo Rosario, con apuntes de meditación hechos por don Gesuino Monni alternándose con himnos. Durante estas oraciones Marisa, la vidente, llegó con una gran Hostia en su mano, visible a todo mundo: según testigos la recibió cuando salía de su casa y se encaminaba al altar externo. éstos testigos dan fe de la aparición súbita de la Hostia en las manos de Marisa y de su genuina sorpresa. Se debe señalar que Marisa continuó su camino a pie y no en su silla de ruedas como normalmente lo hacía.
Habiendo llegado al altar, Marisa dio la Sagrada Hostia a Don Claudio, quien lo puso en la custodia, entronada en el altar. Mientras se incensaba el Bendito Sacramento el coro de la Comunidad y la congregación cantó y recitó el Gloria. La razón de esta canción fue que nos recordó que fue con estas palabras con las que los Angeles avisaron a los pastores el ir a Belén a encontrar al Salvador, el Mesías, el Señor; Nuestra Señora, Madre de la Eucaristía, por su parte invitó a sus hijos a venir aquí a encontrar a Cristo en la Eucaristía. Por consiguiente pareció apropiado repetir la misma canción que los Angeles. En la lluvia, una pequeña procesión fue formada, dirigida por varios sacerdotes; Don Claudio los siguió llevando el Bendito Sacramento; un grupo de doctores les siguió por detrás; la procesión se envolvió por dos grupos de fieles que mientras oraban y cantaban se conmovían profundamente cuando Cristo pasaba. Al final de la procesión el sacerdote dio la bendición Eucarística a cada uno de los enfermos.
después de esto Jesús fue alzado en el altar de nuevo; la profesión de fe prosiguió, con el rezo del Credo. Con la bendición final de los presentes, la reunión acabó, y la adoración de Jesús en el Bendito Sacramento por grupos inició. Esta continuó hasta medianoche y proseguirá de nuevo el lunes 27 a las 10:00."