Carta enviada por los miembros del Movimento Impegno e Testimonianza "Madre dell'Eucaristia" a todos los parrocos, vice parrocos y sacerdotes que desarrollan el ministerio sacerdotal en Roma y en Italia, el 2 de abril de 1998
Carísimos sacerdotes,
Vuestro hermano don Claudio Gatti ha sido suspendido a divinis. Su culpa es: defender y amar a la Eucaristía, infundir en los fieles el amor a la Eucaristía, hacer conocer también la Eucaristía a través de los grandes y repetidos milagros eucarísticos, que se han verificado desde 1995 hasta hoy en la sede del Movimento Impegno e Testimonianza "Madre de la Eucaristía" en Via delle Benedettine, 91-93.
El Cardenal Camilo Ruini, sin ningún motivo, en 1994, después del comienzo de las apariciones de la Madre de la Eucaristía, le ha quitado la facultad de celebrar la Santa Misa y de conservar la Eucaristía en la capilla del Movimiento. Desde entonces, empezaron y continúan todavía, los milagros eucarísticos, de los cuales la autoridad eclesiástica ha sido informada siempre. Por desgracia la misma autoridad no ha querido nunca examinar los milagros eucarísticos, interrogar a los testigos y recoger las informaciones necesarias, a pesar de que le haya sido requerida, más veces, la presencia de exorcistas y expertos.
Frente a los milagros de hostias, de cuyo interior ha surgido sangre y agua, multiplicaciones de la Eucaristía en las manos del sacerdote y de la vidente, de una hostia surgida del costado de un crucifijo y que pasó a través de una urna de cristal, puesta para la protección del mismo y otras numerosas apariciones eucarísticas ocurridas de manera diferente, han liquidado todos estos milagros definiéndolos como "fenómenos de feria" o atribuyéndolos a intervenciones diabólicas o a trucos.
Con decretos no válidos, de éstos se ocupará la autoridad eclesiástica competente, ante la cual habíamos interpuesto recurso jerárquico, han impuesto a don Claudio que no adorara la Eucaristía traída por Jesús o por la Virgen y dejada sobre el altar o colocada en el interior del tabernáculo o apoyada sobre el cáliz de la estatua de la Madre de la Eucaristía o sobre flores. De esta Eucaristía emana un perfume particular que perciben los que la reciben en comunión y que a veces perdura también después de la consumación de la especie del pan.
Por haber defendido los milagros eucarísticos, don Claudio, ha sido suspendido a divinis y podrá ser readmitido a ejercer el sagrado ministerio sólo después que haya reconocido que ha inducido a error a los fieles y asegurado que no adorará más ni hará adorar la Eucaristía, milagrosamente transportada por el Señor o por la Madre de la Eucaristía.
Don Claudio ha sido puesto delante de este dilema: o renegar de la Eucaristía traída por Jesús y por la Virgen o ser suspendido; nuestro sacerdote, por amor a la Eucaristía y a la verdad, ha preferido ser suspendido. Jesús ha dicho que ha comenzado la lucha contra la Eucaristía y que ha habido la primera víctima.
El que ama a la Eucaristía, a la Virgen, al Papa y a los obispos unidos al Papa, ore por don Claudio, para que tenga la fuerza de llevar adelante la misión que Dios le ha confiado: preparar el triunfo de la Eucaristía.
El que desee tener información más detallada sobre las apariciones marianas, sobre los milagros eucarísticos y los mensajes de la Madre de la Eucaristía, puede acceder a la página de Internet, en la siguiente dirección: https://www.madredelleucaristia.it
Aseguramos nuestras oraciones a los que quieran mostrar solidaridad a nuestro sacerdote don Claudio Gatti.
A cargo del Consejo Directivo
del Movimento Impegno e Testimonianza
"Madre de la Eucaristía"
Roma, 2 de abril de 1998