Eucharist Miracle Eucharist Miracles

Año social 1995-1996

Historia del las apariciones

Un resumen detallado de todo lo sucedido en el año social 1995-1996

Incluso durante los años 1995-1996, nosotros los del Movimiento "Impegno e Testimonianza" elevamos al Señor nuestra canción de alabanza, alternando notas felices y notas tristes.

Alrededor de nosotros, de hecho, se ha creado, como en un vicio, una campaña feroz de denigración, de malicia, de calumnia y de difamación; sacerdotes, monjas y aun varios obispos continúan haciéndonos juicios que son contrarios a la verdad y no fundados en la caridad; además desalientan a los laicos de participar en nuestras reuniones Bíblicas y de oración y asistir a las apariciones Marianas y Eucarísticas en la Via delle Benedettine, 91, Roma. Respetamos a aquellos que afirman no creer en el origen sobrenatural de los fenómenos que mucha veces hemos testimoniado, pero no podemos permitir que nadie ponga en duda nuestra honestidad, buena fe y equilibrio mental.

Con respecto a esto último, debemos decir que los exámenes clínicos a los que se sujetó Marisa en el hospital del día del Instituto Clínico para enfermedades nerviosas y mentales de la Universidad de estudios de Roma "La Sapienza" (1), demuestran la inconsistencia de la imputación de desórdenes psíquicos en la vidente. Don Claudio pidió al Cardenal Vicario por escrito y de palabra a Monseñor Nosiglia por una intervención para defender nuestra buena reputación; pero sin resultados. Algunos sacerdotes y monjas, entonces, sin haber participado nunca en las apariciones, sin haber leído los mensajes o recogido cualquier documentación, empezaron a afirmar que "las aparición de las Hostias son obra del diablo"! Con el propósito de cortar esta falsa imputación le pedimos al Vicariato en cinco buenas ocasiones que enviara exorcistas autorizados para realizar los ritos de exorcismo en las Hostias; pero cada vez se nos contesta con un "no", sin razón alguna. Todo el mes de Noviembre nos preparamos a celebrar "El gran día," el 26 de noviembre de 1995, el día de la fiesta litúrgica de Cristo Rey, cuando "Jesús entrará en tu ser en cuerpo, sangre, espíritu y divinidad!" (2). Nuestra Señora expresa el deseo de "que mis queridos sacerdotes, mis favoritos estén alrededor de Jesús en la Eucaristía" (3), aun cuando Ella revela "que mis sacerdotes no quieren aceptar este gran día" (4). Nos comunica también de antemano que nos encontraremos con oposición y dificultades y que por esto sufriremos mucho.

"El anuncio del gran día es dado con mucha anticipación, debido a que todo mundo se pregunta "Porqué Nuestra Señora no advierte primero? " Yo hablo y los hombres se excitan, porque Mis sacerdotes no quieren aceptar este gran día" (5). "Si los sacerdotes consiguieran entender la importancia de este gran evento que en cambio tratan de destruir" (6). "Hay hombres que se oponen a la voluntad Divina. Para las personas importantes las intervenciones de Dios son una molestia" (7).

Nuestra Señora, además, nos pone en guardia del diablo. "Pongan atención: el diablo se puede infiltrar con gran facilidad. Satanás está listo, el es fuerte; pero si tu estás con Mi Jesús el no puede hacerte nada" (8). Estamos experimentando en carne propia que "las personas elegidas por Dios sufren, son atormentadas por todos, sobre todo por los hombres de la Iglesia" (9). A Don Claudio y a Marisa, de hecho, vienen citatorios urgentes, - a menudo acompañados por no veladas amenazas de suspensión "un divinis" - a cerrar las puertas e interrumpir las reuniones Bíblicas y de oración. Pero Nuestra Señora nos da instrucciones precisas: "Mis dos niños no deben cerrar las puertas a Jesús en el Santísimo Sacramento. Su sacerdote puede morirse incluso de amor por Jesús en el Santísimo Sacramento, pero no puede cerrar la puerta a las almas!" (10).

El 15 de noviembre de 1995 don Claudio se encuentra con el nuevo miembro de la comisión constituida por el Cardenal Ruini para estudiar las apariciones Marianas y Eucarísticas; trata con el Padre Roberto Zavalloni, de la Orden de Frailes Menores. Él, en el encuentro con don Claudio adopta la táctica de usar ambos la.... zanahoria y el garrote. Nuestro sacerdote al principio de la plática guarda silencio intencionalmente, para ver hasta que punto el Padre se atreve a llegar.... El Franciscano, así, empieza tratando de ganárselo: "Don Claudio, usted tiene grandes talentos. ¡Tiene mucho éxito como educador de jóvenes! Continúe trabajando únicamente en este campo..... Considere esto, querían convocarlo a usted delante de una comisión entera para sujetarlo a un examen severo, pero me opuse a ello, porque sé que usted está en buena fe, aun cuando tenía una Hostia en adoración, consagrada por quien sabe quien"!. Entonces pasó a dejarlo que se hundiera en: ¡ "El filmar la aparición de una Hostia es una........ comedia cómica! Sin embargo, Nuestro Señor no entra en el asunto de las apariciones de las Hostias, porque son la consecuencia de una acción diabólica o de una acción humana, es decir de un fraude." Finalmente su consejo paternal: "Vaya y tómese un descanso, desaparezca por un tiempo, retírese en un convento"! Cuando el Padre Zavalloni acabó de hablar, don Claudio con calma respondió: "Le ruego no hacer juicios sobre hechos de los que usted no sabe sin haber hablado primeros conmigo o con Marisa, sin haber preguntado a los testigos presentes y sin haber revisado la documentación relativa. Incluso usted debe respetar el Santo Evangelio y el Código del Derecho Canónico, de otra parte nuestros juicios son contrarios a la caridad y a la verdad. Siempre hemos obedecido a la autoridad eclesiástica, pero no permitiremos que nadie ofenda nuestra buena reputación." El siguiente 17 del mes, en preparación del gran día del que se habló anteriormente, empezamos la novena pedida por Nuestra Señora: "Prepárense para el gran día con una novena como cuando Yo y los Apóstoles hicimos cuando, encerrados en el cuarto de la Ultima Cena, oramos por nueve días, esperando al Espíritu Santo" (11). En otra ocasión nos pidió "ayuno, silencio interior y confesión" (12).

Honestamente, Nuestra Señora no nos esconde que debemos sufrir, sin embargo: "El sufrimiento no debe detenerlos, deben tomar su fuerza juntos para seguir adelante." Volviéndose, entonces, hacia nuestros jóvenes, anuncia: "Mis queridos jóvenes, verán y disfrutaran de muchas cosas bellas durante su vida!" (13). Todo esto, estamos seguros, será en relación con el triunfo de la Eucaristía. El vigésimo primer día del mes, fiesta de la Presentación de la Virgen Bendita, Marisa, mientras estaba sujeta a exámenes mentales y físicos en la Clínica de Enfermedades Nerviosas y Mentales de la Universidad "La Sapienza" de Roma, entra en éxtasis y tiene una aparición de Nuestra Señora; los médicos llevan a cabo un programa de "encefalograma registrado en video" durante el referido contacto místico, sin dar evidencia de ningún dato patológico. Por el contrario, durante ese período, se nota la desaparición del ritmo alfa cardíaco, como normalmente sobreviene durante una reacción de atención!" (tomado de: "Relación Médica del Dr. Gian Pio Paolucci, especialista en Neurología y Medicina Legal, fechado el 3 de diciembre de 1995, conservado en los archivos del Movimiento "Impegno e Testimonianza").

Finalmente llegó el 26 de noviembre, el gran día. La crónica de él está en la presentación del Volumen III. El sufrimiento y la oposición anunciada de antemano por Nuestra Señora se verifica puntualmente. De hecho varios párrocos hablando desde el altar disuaden a los fieles de venir a orar en ese día a via delle Benedettine, mientras otros sacerdotes y monjas intensifican una campaña que es difamatoria en contra de don Claudio y Marisa. Después de una revelación de Nuestra Señora, luego, supimos que, para la ocasión, mezclado en medio de la numerosa muchedumbre, hay sacerdotes presentes vestidos de ropa común, y seglares, intentando provocar desorden y alboroto y sembrar desconfianza y malicia. Incluso está listo un plan de hacer caer a Marisa y tomar posesión de la Hostia que sostiene, con el propósito de demostrar que.... es traída por el diablo. Pero todos estos proyectos se esfuman porque una breve y providencial lluvia forza a los provocadores, que temen mojarse y enfermarse, a salir de la reunión de oración. Alrededor de Jesús quedan sólo aquellos que lo busca sinceramente; entretanto doce sacerdotes, oyen confesiones sin interrupción de cientos de personas. Nuestra Señora dice también que en ese día se vinieron muchas conversiones, sobre todo de jóvenes: "La historia hablará de este día" (14). Los medios de comunicación masivos, la prensa y la televisión, desgraciadamente no en todos los casos se expresan de una manera respetuosa; varios periodista, más tarde, se comportaron como Herodes que "Al ver a Jesús, Herodes se puso muy contento; hacía tiempo que quería verlo por lo que oía acerca de él, y esperaba presenciar algún milagro que hiciera Jesús." (Lucas 23:8). Algunos de ellos, de hecho, confesaron francamente el haber venido porque esperaban "ver a Jesús o ver algo que golpeara el interés y la curiosidad de nuestros lectores"! Los hombres evidentemente olvidan que Jesús nace en silencio, vive por treinta años en silencio, se levanta de la muerte en silencio; y que sólo el humilde y el sencillo son admitidos a participar en estos extraordinarios eventos.

El 28 de noviembre de 1995, informado de antemano por Monseñor Nosiglia, vice-regente actual de Roma y presidente de la comisión de la que ya hemos hecho mención, vino a Marisa, para interrogarla, el Padre Jesús Castellano, Carmelita, el arriba mencionado Padre Roberto Zavalloni, y Monseñor Benedetto Tuzia clérigo de la diócesis de Roma. Referimos esta charla en la presentación del Volumen III, guardando silencio, sin embargo, de las ofensas hechas a Marisa: aquí por el contrario, por amor a la verdad y por integridad, decimos que los tres "comisionados" la acusaron de ser "herética, demoniaca, sacrílega, la que ha dividido a la Iglesia en dos, que ha dividido a la autoridad eclesiástica en dos" (sic!). Los libros de mensajes, luego entonces, los definen como "basura para tirar."

Tratan, también, hacer caer a Marisa en contradicciones y forzarla a decir lo que ellos quieren, con el propósito de convencerla de despedir a las personas que vienen por las apariciones. Hubieran tenido éxito en su intento si Nuestra Señora, por Su propio reconocimiento, no hubiera estado cerca de la vidente.... Habiéndose ido los miembros de la comisión, Nuestra Señora se aparece a Marisa y le dice: "no debes despedir a las personas: Vengo aquí para todo el mundo. Muchas almas sufren debido a los hombres de la Iglesia"!, agregando otras noticias que en este momento no es prudente revelar.

Al mismo tiempo varios párrocos dejaron correr la voz de que "el Vicariato intervendrá muy pronto para mandar

a don Claudio cerrar los encuentros Bíblicos y reuniones de oración y prohibir a las personas el participar en las presuntas apariciones Marianas y Eucarísticas"; hasta el día de hoy, sin embargo, no ha habido ninguna intervención en tal sentido.

El primero de Diciembre Don Claudio le pidió a Monseñor Nosiglia, por quien fue convocado al Vicariato, que confirmara el haber recibido las pruebas del primer volumen y de haber consignado al Cardenal las pruebas del segundo, antes de que éstos sean publicados. A la contestación afirmativa del Obispo, don Claudio preguntó de nuevo: ¿ "Cuál es su opinión sobre estos mensajes? Ha encontrado en ellos algo contrario a la Palabra de Dios o a la enseñanza de la Iglesia"?. Monseñor Nosiglia contestó: "No hemos encontrado nada que pudiera ser contrario a lo que la Iglesia enseña."

Ahora queremos referirle a una circunstancia de la cual nunca hemos hablado. El mismo 28 de Noviembre, don Marco Fibbi, responsable de la oficina de prensa y comunicación social del Vicariato, le escribe a Fred Chavez, responsable de la Lista de Apariciones por Internet, "este Vicariato advierte en contra (...) de insertar las revelaciones de Marisa Rossi en "Apar- L," porque se opone a la difusión de los tales presuntos mensajes". Nos preguntamos: ¿cómo puede escribir el Vicariato una carta de oposición a la difusión de los mensajes el mismo día en el que la comisión interrogó a Marisa, y con un período de tiempo entre los dos eventos tan corto que lo hacen a uno dudar seriamente de que ha habido suficiente reflexión para tan delicado asunto?

El 8 de Diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, Nuestra Señora le da una Hostia a Marisa (que todos los presentes ven y adoran con fe y gran atención, orando y cantando, y con el que los sacerdotes presentes toman la Sagrada Comunión) y pide unión con el Santo Padre: "Amen al Papa y únanse a Él. Obedezcan a los obispos y sacerdotes que están unidos al Papa. Hoy el Papa se llamaba Juan Pablo II: ni I ni III." Para los que conocen la situación actual de la Iglesia estas palabras son sumamente elocuentes.

Hoy más que nunca uno habla de la venida intermedia de Jesús; muchos buscan y piensan que encuentran en la Sagrada Escritura las bases para sostener la "venida física y visible de Jesús al mundo." Nunca hemos dado crédito a estas voces, sino que siempre hemos mantenido el reconocimiento de sólo dos venidas: la primera en la humildad del nacimiento, la segunda en la gloria del final de los tiempos, cuando El vendrá a juzgarnos. Al respecto, Nuestra Señora dice claramente: "la venida de Jesús es el milagro Eucarístico" (15).

El día 22 de Octubre de 1995 algunos miembros de la comunidad van con Monseñor Nosiglia para pedirle que firme esta declaración: " 1) Existe una comisión establecida por el Cardenal Vicario para investigar acerca del origen sobrenatural de las presuntas apariciones a Marisa Rossi, en la sede del Movimiento "Impegno e Testimonianza" en Via delle Benedettine, 91, en Roma; 2) ninguna medida de censura o de condena se ha adoptado con respecto a don Claudio Gatti, director espiritual de la vidente Marisa Rossi; 3) el retiro de la facultad de celebrar la Santa Misa y de consumir la Eucaristía en la capilla de la sede del Movimiento "Impegno e Testimonianza," no se debe a razones disciplinarias, sino por la práctica ordinaria dictada por la prudencia; 4) los fieles que se reúne allí en oración ejercen una facultad reconocida por el Código del Derecho Canónico (C.D.C.)." Monseñor Nosiglia, incluso reconociendo la legitimidad de tales demandas, se niega a firmarlo, diciendo que el Cardenal Vicario dará instrucciones, pero concluye en una manera inequívoca: "no podemos despedir a las personas que vienen libremente"!

Mientras tanto aun para esta Navidad estamos privados de la alegría de poder celebrar la Santa Misa en nuestra capilla; por consiguiente Nuestra Señora nos dice: "Disfruten hoy este día de fiesta tanto como puedan; más tarde habrá gran alegría, el gran triunfo" (16); volteando, entonces, directamente a don Claudio y a Marisa, reconoce que: ¿ "La vida es dura para ambos, pero... alguna vez los he abandonado? " (17); San José a Su lado agrega: "Sabemos muy bien que tan pesada es su cruz; quejarse y desalentarse no nos ofende" (18). Así Nuestro Señor y Nuestra Señora continúan alentando a don Claudio a seguir, aun cuando a veces la tentación de abandonar todo se puede sentir muy fuertemente: "No es suficiente darles las gracias por todo lo que hacen por la Iglesia, por los sacerdotes y por las almas!" (19) y admiten: "Hoy muchas personas no los entienden, porque piensan todavía en ellos, y porque los celos y la envidia prevalecen" (20); entonces Nuestra Señora se volvió a Marisa diciendo: "Mi querida niña, tus sufrimientos no disminuirán; más bien aumentarán más cada día, porque debes ayudar a Mi Hijo Jesús a llevar la cruz" (21).

El año cierra con un nuevo milagro Eucarístico: todas las personas presentes ven la Hostia que Nuestra Señora le da a Marisa. Desgraciadamente, sin embargo, el año nuevo empieza con un gran sufrimiento. De hecho, después de los primeros minutos de ése 1996 que acaba de empezar, Nuestra Señora trae tres Hostias profanadas por sacerdotes durante una Misa negra: con estas Hostias don Claudio y Marisa toman la Comunión y después oran en reparación. La campaña difamatoria en contra de don Claudio y Marisa no sólo no muestra señales de disminuir, sino que se vuelve cada vez más pesada. Por esto sufren y sobre todo nuestros jóvenes quienes, no obstante el cansancio, el engaño y el desaliento, son llamados por Nuestra Señora a sostener una gran responsabilidad: "Ayuden a su sacerdote a llevar la gran misión; parece que los hombres la quieren destruir" (22). Marisa, por consiguiente, suplica a Nuestra Señora: "Te ruego no hagas sufrir a nuestros jóvenes. Dales la posibilidad de amarte en alegría. ¿Porqué deben sufrir nuestros jóvenes quienes aman a tu Hijo Jesús? Toma todo de mí, pero aparta el sufrimiento de nuestros jóvenes." Pero Jesús personalmente los alienta: "No tengan miedo, mis queridos jóvenes, no tengan miedo de nada, mas sigan adelante, porque su Madre está a su lado y los ayuda. Nuestra Señora los ha llamado "pequeños apóstoles." Yo, Jesús la Eucaristía, estoy siempre en medio de ustedes" (23).

El mes de Enero cierra con una dolorosa revelación: "Éste es un momento muy duro para la Iglesia y para el Papa" (24).

La Eucaristía no es sólo la presencia de Jesús en Sangre, Alma y Divinidad, sino es también la presencia de la Santísima Trinidad, como Nuestra Señora nos lo recuerda en varias ocasiones. De hecho, durante la aparición del 1ro. de enero de 1996, Nuestra Señora le da una Hostia a Marisa e inmediatamente después se arrodilla para adorar a la Santísima Trinidad. Marisa es visitada por la aparición Trinitaria como ya se describió en el segundo volumen; frente a esto exclama con entusiasmo: "Es maravilloso lo que veo: la salida del Hijo de Ti, Dios Padre, y del Espíritu Santo. Son Ustedes tres, hermosos, los tres iguales"!

En los días del 7, 14 y 28 de Enero los milagros Eucarísticos se renuevan: todos ven las Hostias dadas a Marisa. Es necesario mencionar aquí que para éstas y otras apariciones Eucarísticas no somos informados de antemano, porque - como ya dijimos - cuando el milagro Eucarístico del 26 de Noviembre de 1995 se anunció de antemano, para satisfacer las demandas de cuantos pretendieron saber en tiempo la fecha del milagro, estaba ahí uno que hace todo para impedir (!?) el evento y sufrimos debido a eso.... Incluso durante el mes de Febrero las apariciones Eucarísticas se repitieron en los días 3, 4, 5, 11, 13, 18 y 24. Nuestra Señora nos revela que esas Hostias son tomadas de tabernáculos y transportadas por Jesús, por la Madre de la Eucaristía o por los Angeles. Otras, en cambio, porque por desgracia llevan claramente las señales de la profanación (aparecen, de hecho, aplastadas, pisoteadas, quemadas, agujereadas, y unas muestran sin duda alguna el haber sido usadas para "cosas sucias") se toman de los lugares mismos de la profanación.

Desgraciadamente a menudo el lamento de la Madre de la Eucaristía se renueva al hallar la ausencia de sacerdotes y monjas en el taumatúrgico lugar en el que "la Eucaristía ha triunfado y ha habido numerosas apariciones Eucarísticas. "¿Dónde están los sacerdotes y las monjas que Mi Hijo Jesús ha amado tanto?" (25).

También durante este mes falsas imputaciones se virtieron como la fuerza del mar en una tormenta contra don Claudio y Marisa: "Mi Hijo Jesús viene entre ustedes para hacerse amar aún mas, no para ser examinado, controlado ni calumniado, porque el que los calumnia a ustedes, calumnia a Mi Hijo Jesús, me calumnia a Mi" (26).

La Madre se vuelve con inmenso amor hacia Sus niños y los alienta: "Oh, mis muy queridos jóvenes, si pudieran entender cuan grande es mi amor por ustedes. Sé que ustedes aman mucho a Jesús y que ustedes saben cómo hay muchos que, en cambio, no Lo aman. ¿Qué quieren hacer? ¿Quieren retroceder y ser como los demás? ¡No! Deben ser ejemplo y dar testimonio, deben hablar y ayudar a los jóvenes de su misma edad a conocer a Jesús; deben ayudarlos y dar su testimonio aún en silencio" (27).

El 18 de febrero de 1996 Nuestra Señora pidió a Marisa comer césped en nuestro jardín para demostrar que este es taumatúrgico, y también como una señal de penitencia.

Al principio del mes de Marzo, Nuestra Señora muestra gran preocupación por el Papa: "Éste es un momento muy difícil para mi Papa, aun cuando los hombres de la Iglesia dicen que no es así. Mi Papa y el suyo está solo"! Entonces volviéndose a don Claudio y a Marisa agrega: "Tu, mi querido sacerdote favorito, debes decir la Santa Misa cada día por el Santo Padre Juan Pablo II y por ti, mi querido niño, ofrece tu vida por el Papa, que hoy es llamado Juan Pablo II" (28). Pensamos que el sacerdote y la vidente saben con precisión, por revelación sobrenatural, la real situación crítica de la Iglesia: nosotros, de hecho, notamos a menudo en su cara un toque de sufrimiento que atribuimos a eso; incluso su salud parece comprometida; además Nuestro Señor les pide sacrificarse por la Iglesia, por el Papa, por los sacerdotes. Sabemos que ellos aman las almas: por ellas y por la Iglesia están listos a dar sus vidas. El 9 de marzo de 1996 celebramos el 33 aniversario de la ordenación sacerdotal de don Claudio y Nuestra Señora se aparece antes de la Santa Misa, dice: "Cuánta alegría le dan a Mi Corazón al permitirme verlos aquí reunidos en oración alrededor de mi y su sacerdote. Dén una cordial bienvenida y amen a mis más queridos sacerdotes. Deben ser pequeños apóstoles alrededor de su sacerdote. Es más fácil, de hecho, que los pequeños amen a Jesús, porque los adultos aman el poder, aman tener lo mejor, aman tenerlo todo." Ese día para nuestra gran alegría la aparición Trinitaria se repite: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, un Dios en tres Personas, desciende en medio de nosotros. Delante de la Santísima Trinidad Nuestra Señora y nosotros nos arrodillamos, con nuestras cabezas inclinadas hacia el piso, en actitud de adoración. En tal ocasión don Claudio, no pudiendo celebrar la Santa Misa en nuestra capilla, por la prohibición del Vicariato que todavía persiste, tiene la alegría de concelebrarla con varios sacerdotes que manifiestan su solidaridad, respeto y amistad a él. Sabemos que la facultad de celebrar la Santa Misa en nuestra capilla se restaurará, pero cuando esto ocurra, según lo que Nuestra Señora dice."....será un momento muy difícil para la Iglesia"! Don Claudio repetidamente pide al Cardenal Ruini y a Monseñor Nosiglia que permitan la celebración de la Santa Misa por lo menos para las personas cada vez más numerosas que vienen de Roma y de fuera de Roma para estar presentes en las apariciones, pero siempre recibe contestaciones negativas. Que extraño: los dignatarios del Vicariato consienten el celebrar la Santa Misa en hogares privados, bajo tiendas de circo, al aire libre en las montañas o en la costa, en un garaje, en una pullman, etc., pero lo prohiben donde la Madre de la Eucaristía aparece, donde los milagros Eucarísticos ocurren, donde numerosas personas se reúnen para orar y escuchar la Palabra de Dios.

Este año, no por nuestra iniciativa sino por la voluntad de Dios, empezamos a celebrar la fiesta de la Madre de la Eucaristía en un día preciso: "El 25 de marzo celebrarán el día de la fiesta de la Madre de la Eucaristía. Prepárense con oraciones, y también trabajando, estudiando, haciendo cualquier cosa: ofrezcan todo a Mi Hijo Jesús" (29). San José, en Su turno, comunica en el nombre de Dios: "Para nosotros este día de la fiesta de la Madre de la Eucaristía es muy grande. Ustedes también deben celebrarlo con canciones y oraciones, con dulzura y armonía. Cada año celebren la fiesta de la Madre de la Eucaristía el 25 de Marzo y será así hasta que la Iglesia apruebe este gran día de fiesta" (30).

Nuestra Señora entretanto nos hace saber que "muchas personas han recibido la gracia de ver, oír, caminar, o han recibido gracias espirituales" y hace esta pregunta: "Porqué no regresan a dar las gracias a mi Hijo Jesús"?. Muchos de esos que han recibido gracias se comportan como los nueve leprosos que sanaron, de quienes habla el Evangelio; ¡algunos, de hecho, - es penoso admitirlo - son desalentados en regresar de hecho por los sacerdotes, a quienes van a pedir consejo!

Una vigilia de oración precede la festividad de la Madre de la Eucaristía. Muchas personas participan en ella, entre ellos muchos jóvenes que oran con fe, cantan con entusiasmo y escuchan a don Claudio quien dirige a las personas presentes un fuerte discurso. Después de la procesión sugerida "flambeaux del aux" Nuestra Señora aparece y dice: "La Eucaristía triunfará y ningún hombre en la tierra puede destruirla" (31). Durante la aparición Marisa ve a todos los sacerdotes que no aman la Eucaristía, que luchan contra Ella o no creen en Ella. Conseguimos sacar de ella sólo esta reconocimiento: "Son muchos"! Nos encontramos participando de la Santa Misa en el convento de unas monjas amigas nuestras, aun cuando algunos sacerdotes tratan de desalentarlas para que no nos ofrezcan hospitalidad. Todo se desarrolla de la mejor manera y con la participación de numerosas personas. En esta circunstancia la aparición Trinitaria se repite.

Nuestra Señora muestra gran preocupación sobre la situación en Italia, por lo que nos pide orar mucho y hacer saber que "aún la Iglesia se está fracturando, porque los hombres de la Iglesia no aman a Mi Hijo Jesús" (32). Ahora venimos al momento más doloroso en la historia de este año.

El 23 de Marzo, Monseñor Nosiglia telefonea a don Claudio para convocarlo al Vicariato. Don Claudio decide no hablar a la comunidad sobre esta reunión de manera que no alterara la serenidad, la alegría, el compromiso a la preparación para la festividad inminente de la Madre de la Eucaristía, pero... el hombre propone y Dios dispone. De hecho San José durante la aparición de la mañana del 24 de Marzo dice: "Su sacerdote tendrá una muy difícil reunión con la autoridad eclesiástica, pero estaremos cerca de él, porque el está con Dios. Oren por esta reunión." Durante la vigilia de oración del mismo día, Nuestra Señora recomienda: "Permanezcan unidos con su sacerdote que está unido con el Papa y la Iglesia. Permanezcan unidos con el sacerdote que ama la Eucaristía, que ama a cada uno de ustedes. Junto con él ustedes alcanzaran gradualmente santidad."

El 26 de Marzo, don Claudio va al Vicariato. El Obispo Monseñor Cesare Nosiglia, Filippo Tucci, Canciller del Vicariato, y Monseñor Agostino De Angelis, la persona responsable de la oficina legal y miembro de la comisión, lo esperan; también hay otros dos sacerdotes. Don Claudio siente que algo grande se prepara.... por consiguiente dice al Obispo: "El momento ha llegado de que cada uno asuma su exacta responsabilidad." El Obispo sin gastar palabras le da el decreto del Cardenal Ruini; don Claudio lo lee cuidadosamente. Éste no es el lugar para afrontar el asunto si el decreto es válido o si se ha respetado el Código del Derecho Canónico en la formulación del mismo: los expertos lo manifestarán en el futuro; nos limitamos a relatar cómo fueron las cosas. Don Claudio, pues, habiendo leído el decreto, dice: "no estoy de acuerdo con lo que el decreto manifiesta, pero para demostrarles que quiero obedecer lo firmaré inmediatamente. Confío a Dios nuestra defensa. Dónde debo firmar"? Cuando don Claudio nos da una relación breve de este encuentro con el Obispo concluye: "Mis queridos, inclinemos nuestras cabezas y - como Nuestra Señora nos enseña - digamos: "Dios mío, hágase tu voluntad"! Siempre hemos puesto nuestra confianza en el Señor y nunca nos ha defraudado"! Nuestra Señora aparece unos días más tarde, y dice: "Continúan aplastando a su sacerdote. Jesús y Yo, la Madre de la Eucaristía, estamos con él y estamos con ustedes. Ellos les impiden orar ante Jesús la Eucaristía. ¿Quién puede hacer esto? ¡Aquellos que no aman la Eucaristía! Escojan: o siguen las huellas de su sacerdote que sigue las de mi Hijo Jesús o cambian de camino; medias tintas no sirven a Dios: o con Dios o contra Dios... (Los hombres de la Iglesia) no vienen a ver, no vienen a estudiar, no vienen para comprender qué es lo que acontece en este taumatúrgico lugar, y todavía emiten decretos que no son ni válidos ni justos. Los invito orar por esas personas que no creen en Jesús la Eucaristía, que no creen en este taumatúrgico lugar y han violado la libertad, la sensibilidad y el amor de su sacerdote. No escuchen al hombre que habla mal de la Eucaristía la cual siempre está presente aquí, que habla mal del sacerdote quien siempre ha obedecido a la autoridad eclesiástica. Quien no ama a mi Hijo Jesús está listo para todo pero ningún hombre en la tierra puede quitar el sacerdocio" (33).

En el mes de Marzo el milagro Eucarístico aconteció en los siguientes días: 10, 17, 24, y 31. San José anuncia que "Aquí Dios Padre ha querido que el milagro Eucarístico se repita de nuevo hasta que la Santa Misa regrese" (34).

La incredulidad, la oposición y la resistencia de los hombres de la Iglesia en reconocer el origen sobrenatural de las apariciones Eucarísticas y Marianas obligan a Dios a multiplicar Sus señales: los milagros Eucarísticos. La Semana Santa nos introduce al mes de Abril.

El Señor, por medio de la Madre de la Eucaristía, pide a Marisa ayunar la semana entera a pan y agua. Sus condiciones de salud no permitirían un largo y duro ayuno como este, pero el Señor cuando pide algo de una alma también le concede la ayuda necesaria para llevarlo a cabo. Marisa interrumpe el ayuno por orden de Nuestro Señor sólo el Jueves Santo, porque en este día celebramos la institución de la Eucaristía y del sacerdocio, y entonces "Cómo pueden los invitados de la boda entrar en luto mientras el novio está con ellos?" (Mateo 9:15). Don Claudio y Marisa quienes todavía sufren muchísimo debido al decreto enviado recientemente, confíándonos que no se sienten estar cumpliendo la gran misión que Dios les ha confiado a ellos. Providencialmente, en la aparición del Jueves Santo Jesús se volvió a ellos para alentarlos: "Si Dios los ha escogido ustedes dos, El sabe muy bien lo que hace, El sabe muy bien en lo que se apoya. No se inquieten si el desaliento y la decepción los disturba de vez en cuando; esto no Me ofende, mis niños. Es humano que halla llanto, que deseen desistir, es humano. Yo, Jesús, estoy en ti, don Claudio, y tu estás en Mí. Te doy Mi fuerza, Mi valor, Mi amor por todo el mundo" (35). Y El invita a todos, principalmente a los jóvenes, a juntarse alrededor de don Claudio permitiéndole sentir el calor de su amor: "No dejen a su sacerdote solo. Éste es un momento especial para él y él los necesita principalmente a ustedes jóvenes. Tómelo como ejemplo: obediencia sí, chantaje no. Entonces, cuando Dios decida, será su victoria, pero será un momento doloroso para la Iglesia" (36). Nuestra Señora, por Su parte, coloca en el cáliz de la estatua de la Madre de la Eucaristía una Hostia visible a todos, mientras Jesús dice a don Claudio: "Este milagro es para ti, don Claudio. Toma la Hostia del cáliz y sin temor dásela a tu hija"; agregando entonces: "Si el hombre quiere herir, puede herirte aun si tu...." Esta frase se corta: el final solo lo saben don Claudio y Marisa. Porque teme que el Vicariato interfiera duramente contra don Claudio quien le ha dado la Comunión con la Hostia que ha aparecido, es tranquilizada maternalmente por la Madre de la Eucaristía: "Mi querida niña, Jesús es el gran sacerdote, el sacerdote eterno, el primer sacerdote. ¿Quién puede prevenir a mi Hijo de hacer lo que El quiera?" (37).

El Día de Pascua, a nosotros que no entendemos las razones de tanta oposición de parte de los hombres de la Iglesia contra la Eucaristía, Jesús nos da este triste mensaje: "Es difícil para ustedes entender porqué el hombre quita la Santa Misa, quita la Eucaristía y no quiere, que Jesús la Eucaristía, sea adorado. Ésta gente no cree en Mi, y si no creen en Mi, no le creen a su sacerdote, no le creen a su hermana." Más tarde nos dice en confianza:

"Cuando empecé a realizar milagros, poca gente creyó en Mi, muchos en cambio me tomaron por endemoniado. Quien en verdad Me ama, quien en verdad ama a Mi Madre, quien tiene dones especiales, es considerado endemoniado, mis niños, y la historia se repite" (38).

El 14 de Abril de 1996 Marisa suplica a Jesús que le de la Hostia de manera que no sea visible a los presentes: "Te ruego , Jesús, haz lo que Te pido. Sabes que el Cardenal no lo quiere"! Jesús Le contesta: "Yo Soy Jesús, tengo toda la autoridad para hacerlo o no hacerlo; los hombres abusan de su poder. ¡Yo Soy Jesús! Pero desgraciadamente son exactamente los hombres de la Iglesia los que no creen en Jesús la Eucaristía. Mi niña, no temas, porque tu misión consiste también en desenmascarar a las personas que no aman a Jesús la Eucaristía" (39). Jesús revela que también hay personas "que vienen aquí para espiar, para controlar" y nos repite que es necesario "obedecer a la autoridad si está unida con el Papa" (40).

Porque estamos casi en vísperas de la reunión de don Claudio con el Cardenal Ruini, el Señor nos da estas instrucciones que debemos tener siempre presentes: "Quien no ha visto, quien no ha venido a examinar, quien no ha preguntado, no puede hacer un juicio"!

Marisa, sin embargo, continúa temerosa de la aparición Eucarística; por consiguiente, Jesús le dice: ¿ "Porqué tienes miedo? ¿Tienes miedo de Mí que ya estoy presente aquí"? Y en ese instante aparece en las manos de Marisa la Sagrada Hostia. Entre las personas presentes se crea turbación e incertidumbre en cómo comportarse, porque todo mundo recuerda el decreto del Cardenal Ruini que amenaza a don Claudio con suspensión "a divinis" en el caso de que se rinda culto a la Hostia que aparece en las manos de Marisa. ¡Inmediatamente algunas personas que se encontraban de rodillas se pusieron de pie! Jesús oportunamente anuncia: ¿ "No les parece extraño que se arrodillen ante Nuestra Señora a quien no ven y se ponen de pie ante Mí a quien ven? Son libres, mis queridos niños, de quedarse de pie, como dice la autoridad eclesiástica o quedarse de rodillas ante Mí la Eucaristía. Sacerdotes hagan lo que sientan que deben hacer, pero tú, mi hija, arrodíllate: vamos"! Marisa contesta en voz baja: "Jesús, sabes sobre el decreto. Estoy muy amargada debido a esas personas que nos hacen sufrir. Tengo temor de ellos, quiero adorarte Jesús. No puedo adorarte, pero haz a don Claudio ponerse de pie, te lo ruego, permítele ponerse de pie." Marisa, rasgada entre la obediencia al decreto, por un lado, y, por el otro, entre el amor y la fidelidad a Jesús la Eucaristía allí presente, amor y fidelidad que sin embargo no puede ser manifestada, sufre tanto por esto que se desmaya.... Jesús retoma de nuevo: "Mis queridos niños, su hermana se ha sentido mal por el miedo a recibirme.

Yo Soy Jesús la Eucaristía en Cuerpo, Alma, y Divinidad. ¿Quién puede impedirte de adorar la Eucaristía? Antes de juzgar uno debe ver, observar, analizar..." y volviéndose a Marisa paternalmente le dice: "Ahora siéntate, mi hija, porque estas cansada"!

El 17 de Abril, de 1996 don Claudio es recibido por el Cardenal Ruini. Él mismo ha pedido el encuentro personal para abrir en confidencia su corazón a su propio superior eclesiástico, pero se encuentra también Monseñor De Angelis. Don Claudio comprende muy bien el no poder tener una conversación confidencial, como debe producirse entre obispo y sacerdote, entre padre e hijo; por consiguiente se limita a dirigir con serenidad esta pregunta al Cardenal Vicario: ¡ "Eminencia, cual es su opinión sobre las presuntas apariciones Marianas y milagros Eucarísticos"? El Cardenal contesta que no cree en la autenticidad de las apariciones Marianas e igualmente así menos en los así nombrados milagros Eucarísticos! Al día siguiente Nuestra Señora dice: "Quiero que amen y ayuden a los hombres de la Iglesia. No pierdan su confianza en Dios, nunca duden de Dios, aun cuando en este momento parece que todo se derrumba para su sacerdote, quien efectivamente se encuentra en una situación crítica, porque ha amado y ama. Tú, mi más querido sacerdote, estás en la verdad y estos grandes hombres lo entienden. Cuando Dios decida intervenir, podría ser duro, muy duro para aquellos que se sienten fuertes sólo porque tienen el poder en sus manos" (41). La Madre de la Eucaristía nos enseña a amar y perdonar a aquellos que voluntariamente nos hacen sufrir, por consiguiente unámonos con Ella "en orar sobre todo por la conversión de los grandes hombres de la Iglesia."

Probablemente algunos se escandalizarán al leer tales expresiones fuertes y duras por parte de Jesús y de Nuestra Señora hacia esos "grandes hombres de la Iglesia," y pensarán encontrar en ésos lamentos escándalo, el pretexto para desalentar el origen sobrenatural de estas apariciones. Queremos hacer saber que la respuesta a esta observación se encuentra en el Evangelio. Cuando Jesús dice: ¿ "De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde la vida?" (Mateo 16:26) No intenta referirse solamente a los laicos, sino a todo el mundo, por consiguiente, también a los sacerdotes. Las palabras de Nuestra Señora, por esa razón, no se deben interpretar como una denuncia, sino como un gran acto de amor en relación a sus queridos niños, hombres de la Eucaristía, que están en gran peligro de perder sus almas. Así, María, insta la colaboración de personas a que acepten sacrificarse por estos queridos hijos que tienen el riesgo de no disfrutar a Dios en la Eternidad. Nuestra Señora es incansable en pedir oraciones también por don Claudio: "deben orar mucho por su sacerdote. Saben muy bien de donde es combatido. No les escondo que el momento es difícil y continuará siendo así" (42).

El Domingo siguiente a la reunión de don Claudio con la autoridad eclesiástica, Jesús le da una Sagrada Hostia a Marisa visible a todos. Pero esta nueva aparición de la Eucaristía, en lugar de traer alegría y paz, genera sufrimiento y tensión. El Cardenal Ruini, de hecho, reafirma a don Claudio la orden de no tener adoración "de las Hostias que aparecen en las manos de la Srita. Marisa Rossi" so pena de suspensión "a divinis." Estábamos y estamos lacerados internamente, porque queremos obedecer a la autoridad eclesiástica, pero la prohibición de adorar a Jesús la Eucaristía, verdaderamente presente en medio de nosotros nos hiere... Marisa manifiesta a Nuestra Señora esta molestia espiritual cuando ora: "No me traigas a Jesús la Eucaristía, porque no sé lo que debo hacer, no tengo ganas de tomar la Comunión sin orar, sin adorar a Jesús" (43). En tal situación, como en otras similares, nos comportamos de esta manera: mientras Marisa ora en silencio nosotros, guiados por don Claudio, rezamos el Santo Rosario, pausando de manera especial en el Padre Nuestro, que consideramos la más grande y bella oración Eucarística; de hecho decimos: "Danos hoy nuestro pan de cada día" (Mateo 6:11). Es de notarse aquí que Marisa ve varias veces a los Angeles y a los Santos quienes, con el Rosario en mano, rezan con Nuestra Señora esta oración tan agradable a Dios.

El 27 de Abril de 1996 don Claudio reúne a los jóvenes de la comunidad para un retiro espiritual en Torvaianica. Este retiro espiritual se puede hacer como todos los otros en nuestra área donde, más allá de la capilla, tenemos un agradable corredor, un atractivo y silencioso jardín, varios servicios, y lo mas posible para dar confort a la hospitalidad para tantas personas. En cambio, en obediencia a la orden de Monseñor Nosiglia, dada verbalmente a don Claudio en la presencia del Cardenal Ruini, estamos obligados a solicitar hospitalidad, o en hogares privados o en las casas de monjas, según el número de participantes; es triste decir que algunas Instituciones de monjas a menudo han pretendido también ser remuneradas... Ese día, pues, el sol brillaba intensamente en el cielo, acariciando con su rayos ligeramente el mar ondeado por una débil brisa, pero nuestros jóvenes no están en condiciones de disfrutar este despliegue maravilloso de la naturaleza, porque tienen en sus corazones tristeza, decepción, la amargura de los discípulos de Emmaús. Ellos también susurran "Sperabamus (esperábamos!)" que la inmolación de don Claudio y Marisa no fuera tan larga y sufrida... Creemos que sólo para infundir fortaleza en nuestros jóvenes, durante el retiro, la Madre de la Eucaristía hizo una aparición extraordinaria:

"Gracias por escuchar a su sacerdote, aun cuando están cansados y sobre todo defraudados. Se sienten a veces traicionados: es humano. Esto no ofende a Mi Hijo Jesús. La Madre les dice: "Confíen en Dios, confíen en su sacerdote. Este momento es muy grave, muy doloroso; después habrá victoria. Mis queridísimos sacerdotes que no contestan mi llamada, hablan, dominan, se deleitan en todo lo que hacen y entonces si encuentran a un humilde, sencillo, buen, pío sacerdote, que verdaderamente ama a Dios y a la Iglesia lo pisotean. Mis queridos niños, he venido entre ustedes, porque fue querido por Dios Padre quien me dijo: ¡ "Ve, María, ve a tus queridos niños, aliéntalos a seguir! ¡Piensa en la gran misión de mis dos queridos niños! Tu también eres una parte de la gran misión. No permitan irse con ésas caras largas que a Jesús no Le gustan. Regocíjense, canten: su sacerdote siempre quiere verlos de esta manera. Les agradezco porque, a pesar de todo, consiguen orar mucho. Siempre miren hacia arriba!" (44). En la misma aparición la Madre de Eucaristía le muestra a Marisa Su propio Inmaculado Corazón, rodeado por muchos pequeños corazones y le dice: "Éstos son los corazones de mis jóvenes: ellos aman tanto a Mi Hijo Jesús."

El último domingo de Abril Nuestra Señora anuncia: "Dios ha dicho que el decreto no es válido" (45). Y continúa: "Su sacerdote ha vivido siempre en la más grande obediencia, y exactamente por esto es probado. Sí, deben obedecer a la autoridad, pero se debe pedir la obediencia con seriedad y con amor. Un padre siempre debe ayudar a un hijo, un padre puede morir incluso por un hijo, pero en este caso es el hijo quien muere por el padre. Sigan adelante con valor. Sí, habrá tiempos duros, tiempos difíciles, pero si viven en estado de gracia, si viven con Jesús nada tienen que temer" (46).

Al final de Abril, algunos miembros de nuestro Movimiento van al Vicariato para hablar con Monseñor Nosiglia. Transcribimos literalmente lo que se nos refiere. Durante la reunión, solicitada por nosotros, se consideran algunos aspectos relacionados con nuestro Movimiento y en particular:

a) el comportamiento incorrecto de varios párrocos de nuestra área en contra de nuestro Movimiento;

b) el milagro Eucarísticos del 14 de septiembre de 1995.

En relación al primer punto le informamos que los párrocos no les está permitido hablar mal del Movimiento ni de nuestro guía espiritual, don Claudio Gatti, acusándonos de ser exaltados, ni escribir y distribuir panfletos en tal sentido. A la pregunta específica de que si se podemos ser definidos como "exaltados" el Obispo responde: "Todo lo contrario!" En relación, entonces, a la visibilidad de las Hostias y en particular del gran milagro Eucarístico del 14 de Sept. de 1995 que vimos, la contestación del Obispo es: "Milagro... Hostias.... Actos de circo"! Estas afirmaciones son hechas por el Obispo mientras estando de pie, se voltea, dejando en claro que ya no quiere escuchar lo que todavía podríamos decir sobre el "milagro Eucarístico."

Empezamos el mes de mayo con gran sufrimiento. Varias personas, incluso sacerdotes y monjas, usando el decreto del Cardenal Ruini, voluntariamente distorsionan su sentido, afirmando que don Claudio "está suspendido a divinis." Muchos hermanos y hermanas que frecuentan nuestras reuniones bíblicas y de oración confirman que ésta es una voz muy difundida: cuando alguien quiere herir a una persona inocente no encuentran otra arma sino la de la falsa imputación. Se obliga a Don Claudio a escribirle al Vicariato para obtener un rechazo oficial de las falsas imputaciones.

San José, mientras tanto, nos introduce al mes de Mayo con un mensaje importante; esta Su intervención se vuelve por ahora una tradición... "Muchas personas hablan maldad continuamente. Los hombres pueden conseguir derrotar a los hombres, pero no pueden derrotar a Dios. Recomiendo solidaridad para con su sacerdote: defiéndanlo. La batalla es dura, difícil. El hombres quiere pisotear y destruir todo. Aun cuando su hermana se quede sola con su director espiritual, siempre estaré aquí, la Madre siempre estará aquí, Jesús siempre estará aquí. Aquí la Eucaristía ha triunfado muchas veces; de varias maneras se ha hecho visible. Nunca se ha visto en la historia que Jesús la Eucaristía se haya aparecido tantas veces y frente a tantas personas con sencillez: no de una manera sensacional, sino casi como escondido, y todavía continúa haciéndolo así" (47). Nuestro Señor, por medio de la Madre de la Eucaristía, pide para todo el mes de Mayo el venir a orar en el taumatúrgico lugar "por la descristianizada Roma"! Aquellos que responden a esta petición son sólo los sencillos, humildes, los jóvenes; tan cierto es esto que Nuestra Señora se lamenta: ¿ "Pero donde están los sacerdotes de Roma, las monjas de Roma? ¡A veces se reúnen sólo para hablar mal! En cambio ustedes se reúnen en este taumatúrgico lugar, elegido por Dios, donde no hay nada que pueda preocupar, o llevar al fanatismo, y donde ha habido el triunfo de la Eucaristía, que los grandes hombres no quieren aceptar. No los ofenden a ustedes, ofenden a mi Hijo Jesús; por esta razón Nuestra Señora los invita a hacer el sacrificio de venir aquí por todo el mes" (48).

Porque de nuevo es puesto en circulación, atribuido a nosotros, la afirmación de que Nuestra Señora es sacerdote y que tal persona ha consagrado la Hostia depositada a Marisa, Nuestra Señora de nuevo interviene: ¿ "Quién consagra las Hostias que traigo? Ciertamente no Soy Yo; Yo, la Madre de Jesús la Eucaristía, no consagro, simplemente transporto la Santa Hostia. En los tabernáculos hay Hostias consagradas, ¿quién ha consagrado estas Hostias? ¿Quién ha consagrado la Hostia que el sacerdote expone para la adoración de los fieles? Nadie se pregunta quién las ha consagrado; pero por las Hostias que Yo, Jesús y los Angeles transportamos, algunos se preguntan: quién las ha consagrado?" (49). El mismo día la aparición Trinitaria se repite de nuevo: "La Santísima Trinidad ha venido entre ustedes. ¡Cada minuto agradezcan a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo! No pueden entender este gran milagro de Dios" (50).

El día 9, durante la aparición Marisa recibe la "estocada": Jesús le pide sufrir dolores particulares por tres días con el propósito de la conversión de los grandes hombres de la Iglesia. Días más tarde, Nuestra Señora le dice a Marisa: "Por amor a las almas te pido aceptar el martirio de amor," y a don Claudio: "Mis queridos dos niños: tu cruz, tus tribulaciones son grandes, pesadas. Pero también tu sacerdocio es grande, es inmenso. ¿De qué sirve un título, una silla y no amar a Jesús? Tú mi queridísimo sacerdote, tú mi querida hija, amen a Jesús" (51).

Nuestra Señora en otras ocasiones nos recuerda que "el infierno existe," y hoy por segunda vez le permite a Marisa verlo, quien se desmaya sobre él. Esta triste visión acabó, Marisa admite haber visto también en el infierno a sacerdotes y monjas, especificando que cuando dice sacerdotes se refiere también a obispos y cardenales. Para evitar a otro clérigo caer allí, Nuestra Señora pide continuamente orar por su conversión.

El 12 de Mayo de 1996, la vigilia de su propia consagración con votos, Marisa es llevada al Paraíso por la Madre de la Eucaristía. Mucha veces Marisa vive esta particular experiencia y todavía en cada una manifiesta asombro y maravilla, como si fuera la primera vez: "Aquí en el Paraíso uno puede hablar de todo, no hay celos, no hay envidia. Uno puede cantar, uno puede dar gloria a Dios.

Ahora, no tengo dolores, me siento bien. No me envíes inmediatamente de regreso a la tierra porque comienzo de nuevo a sufrir. ¿Me puedes tener aquí arriba todavía un poco más? Aquí hay Papas, Santos. Reconozco a San Juan Bosco, al Padre Pío, Santo Domingo Savio y muchos otros" (52).

El 13 de Mayo, se celebran dos días de fiesta Marianos: Nuestra Señora de Fátima y Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, ambos muy importantes para nosotros. Para enfatizar la importancia de estos días de fiesta Marianos Nuestro Señor realiza un nuevo milagro Eucarístico: Jesús mismo da una Hostia a Marisa y todos podemos verla. El hombre siempre ha mostrado insuficiente agradecimiento a Dios. Incluso Jesús experimenta la decepción por la falta de gratitud de los hombres que también ha sanado. Hoy la historia se repite de nuevo: "Cuántas personas pasan por este lugar. Cuántas gracias da Dios!... Pero poca gente, muy poca agradece a Dios por las gracias recibidas" (53). Nuestra Señora nos recomienda confesarnos a menudo: "Cuando saben que han ofendido a mi Hijo Jesús, confiésense inmediatamente. No olviden ir a Confesarse: es un grande y bello Sacramento, que los pone inmediatamente en paz con Dios" (54). Hoy el sentido de pecado está muy disminuido en las conciencias de los creyentes; de hecho muchas personas reciben la Comunión sin haber confesado sus pecados mortales. Para evitar el hacer comuniones sacrílegas repetidamente, Nuestra Señora recomienda: "Aprendan cómo hacer un examen de conciencia cada tarde, antes de ir a dormir hablen con mi Hijo Jesús, cuéntenle sobre sus vidas y hagan un pequeño examen de conciencia. Díganle a El:

"Perdóname, Jesús, por mi falta de amor por Ti, por mis hermanos"!, y entonces vayan a dormir en la paz de Dios Padre, de Dios Hijo, y de Dios Espíritu Santo. Otra noche pasa, otro día amanece y están más fuertes, más fornidos, porque están unidos a Jesús; aún por la noche Jesús y Nuestra Señora miran por ustedes" (55).

La Madre de la Eucaristía muestra una especial y maternal preocupación por la condición espiritual de Roma, una ciudad descristianizada: "Tomen un pedazo de su bella ciudad y oren por esa esquina de Roma" (56). En la misma aparición Ella comunica que "Dios Padre quiere que el Magnificat se vuelva un himno de amor, una canción de amor. También ustedes, jóvenes, recen juntos, despacio el Magnificat y se darán cuenta de que grande y bello es. Un himno de amor agrada a Dios" (57).

Muchas, demasiadas personas van ansiosamente en busca de maravillas naturales o por señales sensacionales dándoles una importancia excesiva. Entonces cuando Dios decide satisfacerlos se sienten satisfechos; sin embargo a menudo lo que está satisfecho es sólo su propio orgullo. Por esta razón creemos que es importante esta recomendación de Nuestra Señora: "No busquen ver si el sol da vueltas, si las estrellas relucen, si llueve o no... Busquen a Jesús la Eucaristía. Hago comer césped a su hermana más de una vez para hacerles entender que este lugar es taumatúrgico; Dios ha querido que este lugar se vuelva taumatúrgico. Mírenlo, analícenlo: no tiene nada que atraiga; pero aquí está Jesús la Eucaristía, aquí está la Madre de la Eucaristía" (58). El Domingo 19 de Mayo el milagro Eucarístico se repite. Marisa, debido al decreto del Cardenal Ruini, en lugar de sentir alegría siente tristeza: ¡ "Jesús, no deberías haber traído la Eucaristía! ¿Ahora que debo hacer? ¡Don Claudio no puede darme la Comunión! Debo tomarla sola..." (59). Para nosotros que estamos presentes es muy triste ver a nuestra hermana sufriendo debido a que no puede mostrar su propio amor por Jesús la Eucaristía, nosotros también sufrimos por ello, particularmente cuando Jesús dice: "Oren por todos aquellos que no aceptan la Eucaristía, que continúan celebrando misas negras; no traten de saber quienes celebran misas negras, preocúpense, más bien, en orar por ellos" (60). La Madre de la Eucaristía dice más de una vez que las misas negras y las profanaciones en contra de la Eucaristía aumentan y que participan también sacerdotes y monjas, pero sobre todo muchos jóvenes. En Roma se celebran muchas misas negras... Mucha veces Nuestra Señora rescata "en el momento" Hostias benditas listas a ser profanadas y las trae a nuestro santo y taumatúrgico lugar, llamado por Jesús, "Mi tabernáculo." El retiro de la Eucaristía de manos de los profanadores y, repetimos, también de manos de sacerdotes, no es sólo una demostración del poder de Dios que desaparece de esos que se atreven a golpearlo, sino también una señal de Su misericordia que quiere ayudar a esos que, viendo las Hostias benditas desaparecer delante de sus propios ojos, son inducidos a asumir la responsabilidad de convertirse.

La Madre de la Eucaristía se dirige a menudo a los pocos sacerdotes, que con valor y amor, están presentes en las apariciones: "Mis queridísimos sacerdotes, amen a la Madre de la Eucaristía, den a conocer a la Madre de la Eucaristía; ésta es la Voluntad de Dios Padre, Que es Todo para Mí. Amen y traten de estar en acuerdo con su sacerdote. Su hermano sacerdote está solo porque él ama la Eucaristía, porque defiende la Eucaristía; únanse a él. ¡No deben tener miedo! Quien tiene miedo de defender a su propio hermano no es un verdadero cristiano. No exige mucho sacrificio convertirse en sacerdote, pero vivir el sacerdocio requiere inmolación. Ama tu sacerdocio y cada día di la Santa Misa como si fuera la última de tu vida" (61). Si todos los sacerdotes pusieran en práctica estas "peticiones maternales" se volverían auténticos anunciadores de la Palabra y ministros fervientes de la Eucaristía.

De la misma manera, frecuentemente la Madre de la Eucaristía habla de la soledad del Papa y de la soledad de don Claudio: "Oren por el Papa cuyo nombre hoy es Juan Pablo II: ¡oren por él! Parece que tiene a muchas personas a su alrededor, pero en realidad está solo. ¡También oren por su sacerdote! El también parece tener a muchas personas a su alrededor, pero está prácticamente solo en llevar la gran misión que Dios le ha confiado. Dices: ¿ "Porqué Dios confía una gran misión a un simple sacerdote"?, "¿Y porqué no?! Quien eres tú para preguntar esto? Dios elige a quien El quiere, como El quiere, donde El quiere. Tu acepta, ama, ayuda." Don Claudio nos confía, en verdad, uno de sus más grandes sufrimientos que es el estar solo aislado de sus hermanos sacerdotes. En los años en que las apariciones eran secretas, él y Marisa tenía que llevar a cabo por Voluntad de Dios unas misiones cuya delicadeza e importancia imponen reserva; el estaba, entonces, obligado a vivir en una situación de aislamiento y separación; pero ahora, desde que las apariciones han sido públicas, la continuidad de esta soledad ya no depende de él, porque son los sacerdotes de Roma en casi su totalidad, quienes acentúan su separación con respecto a el: si se encuentran con él, pretenden no conocerlo y no lo saludan , de lejos, le hacen gestos de aversión. ¿Porqué se comportan de esta manera? Adelantamos unas hipótesis: ¿miedo? ¿envidia? ¿incomprensión? Afortunadamente don Claudio puede contar con la amistad y solidaridad de algunos (aun cuando pocos!) valerosos hermanos y con el respeto y afecto de muchas personas como Nicodemo y José de Arimatea quienes reservadamente Le permitieron hacer llegar palabras de estímulo. Algunos de ellos que le confiesan que leyeron los mensajes de la Madre de la Eucaristía sin embargo, por miedo a la reacción de otros hermanos son obligados a guardarlo en secreto. Nosotros, sin embargo, queremos amar y respetar a todos los sacerdotes, independientemente de su condición espiritual y de la opinión que tengan acerca de nosotros; oramos por ellos y estamos listo a colaborar con ellos en cuanto lo deseen.

Esperamos que el "Ut omnes unum sint" (Que todos los hombres puedan estar unidos!) se realice lo más pronto posible, de manera que ningún sacerdote se sienta un extraño con respecto a sus propios hermanos. Las palabras de Cristo "En todas partes se honra a un profeta, menos en su tierra y en su propia casa" (Mateo 13:57), nos lleva a hacer otra consideración. Mientras los sacerdotes de Roma se muestran fríos, aislados, hostiles, aquellos de fuera de Roma y sobre todo aquellos de fuera de Italia muestra una creciente atención hacia las apariciones Eucarísticas y hacia los mensajes que Nuestra Señora, "como la mensajera de Dios," - como Ella misma se autodefine - continua trayendo.

La Virgen María engendró a Cristo por obra del Espíritu Santo, Que llenó Su alma con gracia y la adornó con toda virtud. El Espíritu Santo es el artífice de la santidad Cristiana. Por todo esto la Madre de la Eucaristía habla en varias ocasiones de la tercera Persona de la Santísima Trinidad. "Invoquen al Espíritu Santo ahora, durante la novena, y cada día: ven, Espíritu Santo, Espíritu de Amor, ilumina nuestras mentes, inflama nuestro corazón, fortifica nuestra voluntad" (62). "Hoy el Espíritu Santo quiere infundir en ti, don Claudio, y en ti a quien Dios ha escogido para llevar esta gran misión, tanto valor, tanta fuerza, tanto amor y capacidad para perdonar. Don Claudio, anímate, permítele al Espíritu Santo hablar en tu corazón" (63). "Celebren la venida del Espíritu Santo, concéntrense en profunda oración y el Espíritu Santo descenderá en cada uno de ustedes, si lo quieren, si viven en estado de gracia" (64). La Madre de la Eucaristía nos pone en guardia a todos nosotros, incluso a los videntes - para quienes perfila las tareas - del peligro del orgullo: "Lleven su apostolado con sencillez y amor. Atención con respecto al orgullo, con respecto a tratar de sobresalir. Deben de ser humildes, sencillos como su hermana. Ella recibe los mensajes, después ella debe hacerse a un lado, porque es el sacerdote quien debe continuar. Recuerden: el sacerdocio es un gran sacramento. El sacerdote es llamado por Dios: Jesús entra en el sacerdote y el sacerdote está en Jesús. La tarea de los videntes, en cambio, es la de escuchar, dar el mensaje y entonces regresar a ocultarse, porque la figura del sacerdote, que es llamado por Dios, debe aparecer" (65).

Si todos los videntes se comportaron como Nuestra Señora pidió, serían instrumentos más creíbles y eficaces; en cambio, desgraciadamente, algunos de ellos se comportan como "estrellas" y se abrogan derechos y funciones que no tienen.

El mes de Mayo termina con una promesa de Nuestra Señora. Mientras don Claudio celebra la Santa Misa, Marisa ve un gran fenómeno inherente a la Eucaristía; durante la aparición el mismo día la Madre de la Eucaristía anuncia: "El tiempo llegará cuando todo los demás verán lo que ustedes han visto hoy durante la celebración de la Santa Misa; Dios ha decidido que ustedes deben verlo" (66). Nosotros no sabemos que es lo que debemos ver, porque Marisa habla de ello sólo a don Claudio y, aun cuando no escondemos nuestra curiosidad, sabemos como guardar la distancia, porque Nuestra Señora nos ha enseñado a hacerlo así.

Nuestra Señora sabe muy bien que el mes de Junio es particularmente ocupado y cansado, sobre todo para los jóvenes que deben tomar exámenes universitarios; por esta razón explica una petición con delicadeza: "Me gustaría que le dieran la bienvenida a mi Hijo Jesús en el mes de Junio. He tratado de encontrar todas sus necesidades y vendré a dar la bienvenida a mi Jesús y el suyo, cada Sábado, y sólo los Sábados, a las 7 p.m. Les pido a ustedes también a hacer este pequeño acto de sacrificio "de manera que Roma se vuelva Cristiana y el hombre se convierta!" (68); y enfatiza: "No es una obligación, son libres de venir o no, sin embargo deben saber que le darán una gran alegría a mi Hijo Jesús, si vienen a orar a este taumatúrgico lugar. Todos ustedes han visto la Eucaristía. Jesús la Eucaristía se ha dejado ver por todos ustedes, aún para los no-creyentes, también para aquellos que no estaban en estado de gracia y después corrieron inmediatamente a ponerse en estado de gracia. ¿Les cuesta hacer esto por Jesús? He venido tantas veces entre ustedes. Les pregunto quizás muchas?" (69). La delicadeza con la que Nuestra Señora pide "hacer este pequeño sacrificio por Jesús," mueve, pero lo que sigue arrastra. La Madre, de hecho se vuelve a Sus niños los pequeños que, cansados por la fatiga de sus estudios y los exámenes, les gustaría tomar un momento de descanso y de escape el sábado por la tarde. "Quizás los jóvenes refunfuñarán un poco, pero son libres de venir o no venir; no por esto la Madre los amará menos. Sin embargo, si han entendido la importancia de la venida de Jesús y de Mí entre ustedes, entonces se darán cuenta de que todo será más fácil, y por la tarde se pueden ir a alguna parte divertirse; su sacerdote diría "a la cervecería." Vengan aquí a orar y entonces vuelen, alégrense, y... den buen ejemplo, lo recomiendo" (70). En relación a la última recomendación maternal: "No permitan dejarse llevar y no beban demasiado." Marisa interviene, casi para defender a nuestros jóvenes: "No, ellos beben poco sólo cuando estamos juntos para divertirnos. Sé sin embargo que aman a tu Hijo Jesús, a Ti y también a nosotros"!

El 2 de Junio con un día de oración, iniciamos el mes dedicado al Sagrado Corazón. En este mes, debido al calor, los exámenes, y por el cansancio aún las personas devotamente religiosas desgraciadamente tienden a aminorar su compromiso espiritual, y entonces el diablo se aprovecha de ello para liberar sus ataques y hacerlos caer en pecado. La Madre pone a Sus niños en guardia de este peligro:

"Vivan cada día en estado de gracia aun cuando se encuentren con dificultades e incomprensión. Si a veces el diablo se infiltra con gran facilidad, no pierdan valor, sigan adelante y no dejen ningún espacio vacío por donde el pudiera entrar" (71). Es la misma recomendación que Jesús hace a los Apóstoles: "¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren para que no caigan en tentación." (Lucas 22:46).

Nuestra Señora trata de encender en nosotros entusiasmo y dedicación hacia Jesús: ¡ "Viva Jesús! ¡Viva la Eucaristía! Vivan en Jesús la Eucaristía quien en unos momentos entrará silenciosamente en sus corazones."

La autoridad eclesiástica y algunos sacerdotes dicen que no creen en los milagros Eucarísticos que pasan en Via delle Benedettine, en el número 91, en Roma. ¡Dicen que las Hostias no son de origen sobrenatural porque están preocupados de que en los fieles se cree la convicción de que por acercarse a la Eucaristía uno lo puede hacer sin el ministerio del sacerdocio! ¡Respondemos que Cristo mismo instituyó los Sacramentos y no hizo nada para disminuir su importancia! ¿Pero porqué escandalizarse si Jesús mismo interviene para defender a un sacerdote que está acusado injustamente? "Los hombres le han ordenado retirar la Santa Misa sin una razón realmente seria frente a la Iglesia; en realidad nunca ha habido razones válidas, ni mucho menos menores, para retirarla" (72). Nuestra Señora afirma: "Han herido a su sacerdote. Su pastor ha sido señalado por los grandes y por los pequeños y ustedes, sus pequeñas ovejas, están perdidas. Han golpeado al pastor para esparcir a las ovejas. Lo han golpeado porque éstas son las más importantes, las más combatidas, las mas sufridas, las mas duras apariciones. No traten de luchar contra esas personas, permítanles que digan, permítanles que hablen y ríndanse a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo" (73). Nos esforzamos por comportarnos como nos ha enseñado y el Señor premia nuestra obediencia y docilidad hacia la autoridad eclesiástica. Dios, de hecho, interviene con amor y poder y nos regresa lo que los hombres nos han quitado: la Eucaristía. De hecho, El va más allá de toda esperanza nuestra: no sólo hace que la "Eucaristía triunfe en nuestro santo y taumatúrgico lugar, pero llevará a cabo, empezando por aquí, el gran triunfo Eucarístico en todo el mundo" (74). Todo este pasará porque "Dios Padre ha concedido este gran milagro a este pequeño lugar, oculto, sencillo, humilde y desprovisto de fanatismo. Dios a puesto sus ojos en este lugar de falsas acusaciones, calumnias, y combate" (75). Dios, además, quiere que Nuestra Señora sea invocada y amada como la Madre de la Eucaristía. Sobre esto Nuestra Señora dice: "No deben temer o avergonzarse de hablar sobre la Madre de la Eucaristía. Dios Padre, el Santo Padre, su sacerdote han hablado de la Madre de la Eucaristía" (76).

El deseo ardiente de Cristo de que "Todos sean uno" (Juan 17:21), se lo hace propio Nuestra Señora respecto a los videntes. Mucha veces la Madre de la Eucaristía pide a Marisa orar de manera de que haya una fuerte unión espiritual entre los videntes. Es su deseo de que los videntes se junten, oren juntos, intercambien experiencias y recíprocamente las pongan en práctica, si fuere necesario, la corrección fraternal. En cambio la experiencia nos dice que algunos trabajan sólo para su propio pequeño jardín, ignoran o pretenden no conocernos y, peor todavía, se toman la libertad de dar o negar crédito de autenticidad a otras apariciones, en las que en cambio no están llamados a dar juicios. La importancia de las apariciones uno no las mide con criterios humanos, y lo grandioso del papel del vidente y de los carismas uno no los juzga por la fama que alcanzan o por el interés que despiertan en la opinión pública, porque Dios para cumplir grandes misiones elige personas humildes, que trabajan en silencio y en lo oculto. El cumplimiento en la Iglesia de los planes importantes de Dios a menudo dependen de la inmolación oculta de estas personas.

El 9 de Junio de 1996 Nuestra Señora pone tres Hostias consagradas en el cáliz de la estatua de la Madre de la Eucaristía y durante la aparición invita a las personas presentes: "Arrodíllense los que puedan, porque Jesús está presente en Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad: deben adorar y orar. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo está presente en la Eucaristía"! Marisa manifiesta de nuevo su perplejidad: "Nuestra querida Señora, no entiendo cuando es adoración y cuando no es. ¿Qué debo hacer? Ni a mí, ni al sacerdote has dado la Eucaristía, pero está allí"; e indica el cáliz de la estatua. Nuestra Señora tranquiliza a Marisa, la invita a tomar un purificador en el que deposite las tres Hostias, entonces, llorando, continúa: "Tomé estas Hostias de un tabernáculo cercano a tu casa; fueron consagradas por un sacerdote que no estaba en estado de gracia"! Marisa quiere hacer un sacrificio y renuncia tomar las Hostias traídas por Nuestra Señora en Comunión, dejándoselas a los sacerdotes presentes de manera que hicieran reparaciones con la Comunión por el sacrilegio cometido por su hermano.

En la siguiente aparición la Madre de la Eucaristía retoma de nuevo el discurso sobre los sacrilegios cometidos por sacerdotes y monjas: "Cuantas veces Jesús está dentro de ustedes sacerdotes y ustedes monjas, pero ustedes no están dentro de Él, ustedes no lo aman tanto como Él los ama a ustedes. Jesús está en ustedes, pero ustedes no Lo aman a Él" (77). Muchas personas que estaban presentes en las apariciones, en las reuniones Bíblicas y de oración, refieren a don Claudio y a Marisa - con la intención de ponerlos en guardia con respecto a los calumniadores y aquellos que hacen falsas imputaciones - la malicia y malignidad que oyen en contra de ambos. Seguramente lo hacen de buena fe, esas personas... atentas a referir, pero quizá no tienen en cuenta que estas "revelaciones" hacen sufrir muchísimo a las dos personas interesadas. La Madre de la Eucaristía, quien es la más tierna de las madres le preocupa que sus dos niños puedan sufrir al oír tantas falsas imputaciones contra ellos y por consiguiente interviene: "De nuevo los invito a no hablar y no difundir noticias que causan sufrimiento; guárdenlas para ustedes, no hablen acerca de eso a otros. Cuánto veces les he dicho: "No hablen, no escuchen lo que dicen, guarden silencio, oren por ellos" (78).

El 15 de junio de 1996, fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, Nuestra Señora afirma: "No estoy feliz acerca de su bella ciudad de Roma, la ciudad eterna. La Madre sufre cuando ve a su Hijo maltratado y escarnecido, cuando los hombres dicen Misas negras y personas, no en estado de gracia, reciben a Jesús. Cuántas veces debo tomar las Hostias de un tabernáculo para salvarlas de la profanación por aquellos que no dicen la Santa Misa en estado de gracia"! Lo que dice la Madre de la Eucaristía no puede sino hacernos sufrir también a nosotros que amamos la Eucaristía. Saber que algunos sacerdotes, hombres de la Eucaristía, profanan este gran Sacramento de amor nos lleva a una continúa y fervorosa reparación. No condenamos a nadie, pero no podemos estar callados frente a pecados que ofenden tan gravemente a la Santísima Trinidad presente en la Eucaristía, y delante de los hombres que se atreven a levantar sus manos en contra de Cristo, presente en cuerpo, sangre, alma y divinidad en la Eucaristía.

La Eucaristía debe ocupar el lugar central en las iglesias. Cuando entramos en una iglesia debemos inmediata y fácilmente ir con nuestros ojos hacia el tabernáculo que debemos poner en un lugar predominante. En cambio, pasa que, siguiendo quien sabe que criterios litúrgicos y que discutible mentalidad, hoy se practica la opción de marginar la Eucaristía más y más, poniéndola en estrados para... criaturas aladas, o en capillas laterales. A este respecto, Jesús dice con sufrimiento: "Es verdad: Paso muchos días en silencio y oculto. Ahora incluso Me retiran de iglesias, Me hicieron a un lado; entonces escriben: "Capilla" y con una flecha indican donde está Jesús" (79).

Los criterios clásicos para reconocer el origen sobrenatural de los mensajes es: 1) el acuerdo de la revelación privada con la Palabra de Dios; 2) obediencia a la Iglesia; 3) resultados espirituales; Nuestra Señora indica otro dos: 1) "A todos los videntes les hablo de la Eucaristía, porque la Eucaristía hace la Iglesia"; 2) "A todos ellos les digo que oren, que ofrezcan sacrificios por los grandes hombres de la Iglesia" (80).

De acuerdo a una orden de Nuestra Señora a don Claudio debe bendecir a los enfermos, y Marisa debe imponer sus manos sobre ellos, orar por su curación.

El domingo 16 de Junio, dos grandes milagros ocurren: la aparición Eucarística y su multiplicación. Aproximadamente a las ocho de la mañana don Claudio, entrando a la capilla se da cuenta de un olor particular. Inmediatamente entiende que es un olor que acompaña la presencia de Jesús o de Nuestra Señora. Volviendo su mirada alrededor para localizar el punto del que tal olor celestial llega, se da cuenta de que en el cáliz de la estatua de la Madre de la Eucaristía hay algo blanco. Se acerca y ve algunas Hostias dispuestas y puestas una sobre otra. Las toma en su mano una a una y se da cuenta de que cada una emite un olor particular. Cuenta diez de ellas, las pone de nuevo en el cáliz y espera, en oración, por la llegada de unos colaboradores. Les relata a los dos colaboradores lo que ha pasado y les pide encontrar un lugar cerca a la estatua para prevenir que otras personas inesperadamente toquen las Hostias. Marisa no sabe todavía lo que ha pasado. Mientras tanto otras personas entran a la capilla y les informan. Las personas presentes empiezan a orar. Más adelante la procesión se forma y envuelve a lo largo del jardín, donde se preparó un altar temporal. Son alternadas canciones, oraciones e invocaciones y la estatua que sostiene las Hostias está entronada en el altar adornada con flores. No sabemos que hacer, pero la Madre de la Eucaristía aleja cualquier turbación de nosotros diciendo: "Se les ruega a los sacerdotes decir ahora las oraciones de exorcismo sobre las Hostias y su hermana." Por algún tiempo, desde que se había hecho la imputación que las apariciones eran "fruto de una patología religiosa," los enemigos de las apariciones Eucarísticas, incluso sacerdotes y monjas, habían puesto en circulación la falsa imputación que "es el diablo quien trae las Hostias a Marisa." Vivimos entonces otra página del Evangelio (Mateo 12:22-32) y compartimos el sufrimiento de Cristo quien es acusado de expulsar demonios sólo con la ayuda de Beelzebub. Don Claudio nos dice mas tarde que debido a esta orden de Nuestra Señora sufre más y siente una gran resistencia interior. No tiene ganas de decir la oración de exorcismo sobre Marisa y menos sobre la Eucaristía; preferiría desobedecer a Nuestra Señora que exorcizar la Eucaristía porque ante Dios el hombre debe arrodillarse y adorar, no exorcizar... Pero entiende el propósito de la orden recibida, que es el de hacer caer la falsa imputación de que sería el diablo el que trae las Hostias, y así darles la posibilidad a los hombres de remendar sus caminos...

Queda, en todo caso, desconcertado frente la actitud de Dios que continúa humillándose por amor a Sus criaturas. Por ese motivo, invita a los sacerdotes presentes a acercarse a la Eucaristía sin hacer genuflexión, (para estar en completa obediencia al decreto, aun cuando está convencido en ese momento que está fuera de él, porque las Hostias no se le dan a Marisa), y practica junto con ellos el exorcismo a las Sagradas Hostias. Los sacerdotes después de la oración de exorcismo recitada por don Claudio rocían con agua bendita a las Santas Hostias y a Marisa. Creemos que sólo Nuestro Señor sabe que sufrimiento invade el corazón de don Claudio en el momento en el que exorciza la Eucaristía y a Marisa, quien durante toda la oración de liberación vive la pasión de Nuestro Señor. Al final de esta "pasión" de Marisa, por orden de Nuestra Señora, don Claudio parte las diez Hostias y, ayudado por un hermano, da, con estos fragmentos, la Comunión a las personas presentes. Reciben la Santa Comunión cerca de cientosetenta personas... Ni don Claudio ni el otro sacerdote creen que diez Hostias, aún cuando reducidas en fragmentos, solas pueden bastar para cientosetenta personas. Pero es Dios quien interviene de nuevo obrando la multiplicación del Pan Eucarístico como dijo Nuestra Señora: "No se han dado cuenta del milagro acontecido. Diez Santas Hostias no bastan para darle la Santa Comunión a todos, pero Dios puede hacer todo. Él quien quiere dar siempre alegría a todos, también hoy ha realizado un nuevo milagro: Ha multiplicado las Hostias consagradas para satisfacer a todos los aquí presentes." Es apropiado a estas alturas hacer una comparación con la multiplicación de los panes de la que los apóstoles son testigos (cr. Juan capítulo VI) y la multiplicación de la Eucaristía, de la que nosotros damos testimonio. Los discípulos de Jesús son testigos de la multiplicación de los panes físicos, nosotros de la multiplicación del Pan de Dios; ¡somos más afortunados! Estamos agradecidos a Dios por ello. El 20 de Junio hay una aparición extraordinaria, de la cual sólo nuestros jóvenes participan. Nuestra Señora recuerda: "También hace tres años vine a este cuarto a traer el mensaje de Dios Omnipotente; Dios había decidido que las apariciones tenían que ser abiertas a todo el mundo. Así que empezó gran sufrimiento, gran alegría, gran amor. Recuerden este día y recuérdense a ustedes mismos que el sufrimiento sirve para crecer, para madurar, para convertirse en verdaderos hombres de la Iglesia de Dios. El sufrimiento no debe asustarlos, porque los hace madurar y crecer." Don Claudio y Marisa recuerdan también muy bien ese 20 de Junio de hace tres años. Oraban, cuando de repente Nuestra Señora aparece a Marisa para comunicarle que después de veintidós años de silencio y de estar ocultos Dios Padre decide que es "tiempo de hacer que grupos de personas vengan a ustedes." A Marisa, quien escucha en lágrimas, Nuestra Señora le dice: ¿ "Porqué quieres retroceder querida Marisita? No te desanimes, más bien alienta a mi y tu sacerdote, alienta a don Claudio" (81). De hecho este anuncio "perturba" a don Claudio y a Marisa, quienes no obstante inmediatamente recuerdan lo que Nuestra Señora les había dicho en Lourdes en aquel lejano 1973, cuando decidieron responder "Si!" al Señor quien los llamó a llevar a cabo una gran misión: "El sufrimiento los consumirá. No serán entendidos, se encontrarán con dificultades y oposición"! Cuando en Junio 20, de 1993 don Claudio y Marisa saben que el tiempo establecido por Dios para que las apariciones se vuelvan públicas ha llegado, piden al Señor por cuatro meses de tiempo para prepararse espiritual, moral y sicologicamente para empezar "el gran sufrimiento, la gran alegría." Nuestro Señor les concede tanto cuando pidieron y ellos a cambio preparan a los miembros de la comunidad "para la gran misión."

El 20 de Junio de 1996, Jesús también aparece y admite: "Sé que sufren. Oren por su sacerdote quien tiene una tarea muy grande. Amen la Eucaristía, la Eucaristía los hará fuertes, los ayudará en aceptar y soportar el sufrimiento; también para ustedes será grande. Pero Yo, su Jesús, siempre estaré cerca de ustedes" (82).

Unos días más tarde Nuestra Señora vuelve para hablar de la multiplicación de la Eucaristía: "Espero que hayan entendido el gran milagro que Dios hizo: la multiplicación del Pan del Cielo, la multiplicación de las Santas Hostias. Nunca en la Tierra se ha verificado tan grande y bello milagro como en este pequeño y humilde lugar. Jesús la Eucaristía vino entre ustedes en cuerpo, sangre, alma y divinidad y quería que la Sagrada Comunión fuera dada a todas las personas presentes. Dios envió a su Hijo en medio de ustedes con la Santa Hostia: éste es el milagro más grande en la historia de la Iglesia" (83).

El 29 de Junio, fiesta de los Santos Pedro y Pablo, Nuestra Señora se aparece a Marisa en la presencia de muchas personas. La Madre de la Eucaristía, acompañada por los Angeles, los Santos y las almas salvadas, se limita a saludar y a bendecir a las personas presentes porque, dice "Hoy la Madre está aquí sólo como una presencia, porque Dios ha elegido al gran Pedro para darles el mensaje." San Pedro, primer Papa y Santo Patrono de Roma, empieza describiendo la triste situación espiritual de Roma, de la que Jesús y Nuestra Señora ya nos han hablado: "Mis queridos niños de Roma, sepan que su ciudad de Roma no ama a Jesús, el Sacerdote Eterno. Sepan que Roma esta descristianizada, que las personas que participan en la Santa Misa son muy pocas, y que van a la iglesia como un hábito" (84). Mientras San Pedro habla, bajo nuestros ojos fluyen las imágenes de miles de sacerdotes, religiosos, monjas que están en Roma y quienes forman un ejército que podría contar con muchos oficiales: cardenales y obispos. Nos preguntamos: ¿qué hacen todos ellos dado que la situación espiritual en Roma es tan crítica e inquietante? Y todavía el Papa Juan Pablo II habla y estimula, ha concluido el sínodo diocesano, ha establecido la gran misión ciudadana... La Madre de la Eucaristía da la explicación: "El Papa está solo: aquellos que parecen estar cerca de él, delante de él son píos, pero a sus espaldas lo traicionan"! San Pedro habla de nuevo: "Sé, gracias a Dios, del Cielo veo todo, observo a los habitantes de su bella ciudad corriendo por cosas mundanas, llenando los estadios y los lugares donde uno canta, mientras las iglesias, donde está Jesús, se vacían. Oren por la conversión de Roma. Quien ora y sufre con amor por Roma, conseguirá salvar la Ciudad Eterna, la ciudad de la Cristiandad, la ciudad donde reside el Papa" (85).

El mes de Junio acaba con un nuevo milagro Eucarístico. Algunas personas presentes en nuestra capilla de repente vieron que en la pequeña estatua del Niño Jesús hay tres Hostias visibles. Y todavía las mismas personas afirman que, besando al Niño Jesús, no habían visto nada como esto... Pero porqué maravillarse de este nuevo milagro Eucarístico puesto que el día anterior San Pedro había informado de antemano: " Nuestro Señor ha decidido ejecutar otro milagro mañana. Yo no sé lo que pueda ser, dejémosle todo a Él, quien decide todo, quien ama a todos, aún a aquéllos que no entienden y de quien quiere la conversión." Cuando don Claudio y Marisa son informados de la aparición de las Hostias sobre el Niño Jesús, bajan a la capilla a adorar la Eucaristía. Se forma una procesión por el jardín; Marisa, a quien el Señor concede, aun cuando momentáneamente, caminar de una manera rápida, trae al Niño Jesús en quien, bien visible a todos, se ponen las Hostias. Se pone la pequeña estatua del Niño Jesús con las Hostias en un altar temporal. La Madre de la Eucaristía quien acompaña a Jesús la Eucaristía dice: "El más grande lugar, el más importante y más fuerte que Dios ha escogido, es esta esquina de Roma, ciudad descristianizada. Agranden este pequeño lugar, donde no hay lugar para recibir a tanta gente. Está en ustedes hacerlo grande, primero que nada con la gracia de Dios y con oración." Luego el gran anuncio profético llega: "Ayuden, nunca no lo he pedido, ayuden para hacer posible el construir una gran iglesia, como Dios quiere, dedicada a la Madre de la Eucaristía. Vamos: como pequeñas gotas forman el mar, así muchas pequeñas ofrendas pueden construir una iglesia; probablemente su hermana no lo verá, pero ustedes si. Oro con ustedes de manera que tengan el valor, la fuerza, la generosidad, la caridad, el amor para llevar a cabo la Voluntad de Dios" (86). No sabemos donde se alzará, con que dinero se construirá y cuando la veremos terminada... Pero no importa saberlo de antemano, lo que importa es tener la certeza de que lo que Dios quiere será realizado y ningún hombre, ninguna dificultad, ningún problema puede impedirlo. Nuestra Señora le dice a Marisa que tome en sus brazos al pequeño Jacopo, hijo de dos jóvenes de nuestra comunidad y agrega: "Si no se vuelven tan pequeños como el Niño Jesús, como este pequeño niño, no entrarán en al Reino de los Cielos. Deben ser pequeños, humildes, sencillos." Jacopo tiene nueve meses y es elegido por Nuestro Señor para distribuir la Sagrada Comunión a los sacerdotes presentes. Ante nuestros ojos una escena maravillosa aparece: el pequeño Jacopo en los brazos de su tía, toma la Hostia entre sus dedos pulgar e índice, la pone en la boca de los sacerdotes presentes, abre sus dedos y retira su pequeña mano: ¡como un perfecto ministro extraordinario de la Eucaristía!

La reunión de oración acaba como Nuestra Señora declara: "Ahora la vidente debe poner sus manos en las personas enfermas y el sacerdote debe bendecirlos. Reciban la bendición y la imposición de manos en la gracia de Dios, luego vayan y asistan a la Santa Misa y reciban la Sagrada Comunión en estado de gracia."

La Madre de la Eucaristía continúa repitiendo que es necesario participar en la Santa Misa en alguna otra parte, porque en nuestra capilla está prohibido celebrarla. Todavía algunos sacerdotes continúan acusándonos de sacar a las personas de sus iglesias y que les enseñamos que la obligación de oír Misa en los días santos se cumple igualmente si uno toma la Sagrada Comunión en el lugar de nuestro Movimiento...

Durante los meses de Julio y Agosto don Claudio lleva a Marisa fuera de Roma para tratar de aliviar sus serios problemas de salud. Problemas que, además, no los previenen de aprovechar una larga permanencia en Liguria (Nota: región norteña de Italia) para tener reuniones de oración con los grupos de la "Madre de la Eucaristía", recibir a sus miembros, y para reunirse con algunos obispos, sacerdotes y monjas. También son invitados por otros grupos a asistir a reuniones de oración y de catecismo, que siempre hacen con alegría.

Durante su forzada ausencia de Roma, sin embargo, muchas personas, superando el tórrido calor, continúan viniendo a orar en el santo y taumatúrgico lugar, porque siguen el llamado de Nuestra Señora: "Aun cuando la vidente no está presente, vengan y oren y pidan las gracias que necesitan" (87).

En el primer día de su estancia en Chiavari, el diablo se aparece a Marisa bajo las apariencia de Nuestra Señora. No es la primera vez que la "antigua serpiente" trata de engañar a Marisa, presentándose bajo los rasgos de la Madre de la Eucaristía, pero es descubierto siempre antes de empezar a hablar por la dureza de su cara y la maldad de sus ojos que muestran quien es verdaderamente.

Porque don Claudio ha oído sobre el Padre Raschi, de su sufrimiento debido a sus hermanos y sacerdotes, expresa el deseo de conocer más sobre la figura de este sacerdote y el trabajo que ha realizado; por consiguiente, acompañado de Marisa y por unos miembros del grupo "Madre de la Eucaristía" va a Montefasce a la "ciudadela de la Virgen Inmaculada." Con amargura se dan cuenta de que en el santuario construido por el Padre Raschi no hay ningún rastro de su persona ni de su misión. En este santuario, en presencia sólo de los que los han acompañado, Marisa tiene una extraordinaria aparición de Jesús y de Nuestra Señora y también ve al Padre Raschi que es introducido a ella por la Madre: "Éste es el Padre Raschi." Jesús dice: "Tu sacerdote te puede decir que todas las personas que siguen mi camino sufren; no es Dios sino el hombre quien los hacen sufrir, el mismo hombre que se divierte hablando mal y calumniando. Oren por su Italia y por su Liguria. Habla de Jesús y de la Madre de la Eucaristía a todo el mundo, aun cuando sabes que del otro lado no responden" (88).

La estancia en la diócesis de Chiavari y en Liguria no es ni callada ni serena. Desde la primer semana se extiende la voz de que don Claudio no tiene la facultad del obispo para celebrar la Santa Misa. No sabemos quien circula esta falsa imputación que penetra en los confesionarios; sólo podemos afirmar que don Claudio se encuentra personalmente con Monseñor Alberto María Careggio, Obispo de Chiavari, quien le renovó la autorización para celebrar la Misa y oír confesiones, en confirmación de cuanto ya se le había concedido por el Obispo previo, Monseñor Daniele Ferrari. El 7 de Julio, de 1996, por primera vez fuera de Roma y en la presencia de muchos testigos, ocurre el Milagro Eucarístico. Se invita a Don Claudio y a Marisa a asistir a una reunión de oración en Rapallo. La Iglesia donde la reunión de oración se lleva a cabo permanece cerrada durante los meses de verano, debido a la ausencia del sacerdote a cargo, y como consecuencia la Eucaristía no es guardada. Al principio de la reunión, la Madre de la Eucaristía se aparece a Marisa y le da una Hostia visible a todos, la invita a ponerla en el copón sobre el altar: "Adoren, oren, hagan un lugar en su corazón de manera que Jesús la Eucaristía pueda entrar. Ésta es mi gran alegría como Madre traerles a Jesús la Eucaristía" (89). El 14 de julio de 1996 en la misma iglesia de Rapallo el milagro Eucarístico se repite, pero esta vez una Hostia profanada es traída: "Les he traído una Hostia profanada, de manera que La amen, reparen, oren y sufran por Ella." Nuestra Señora nos informa que la salud de Marisa "deja mucho que desear y esta mañana no habría podido sobrevivir si Yo, su Madre, y los Angeles del Cielo no la hubiéremos ayudado." Agrega, más tarde, con sufrimiento: ¡ "Mucha gente lucha por retirar la Eucaristía"! Este anuncio nos agobia! Pero un cristiano es llamado a vivir el amor universal: "El verdadero cristiano debe amar con todo su corazón igual a las personas que no son de su propia raza, nación, color; debe amar a todo el mundo, sobre todo a los que viven lejos de Dios" (90). Nuestra Señora les pide a don Claudio y a Marisa rezar el Santo Rosario cada vez que van al mar, para reparar los pecados que el hombre comete en él y en las playas donde el mar choca. Durante el rezo de esta oración Nuestra Señora se une con ellos y varias veces comenta Ella los misterios del Rosario, refiriéndolos a la situación que ellos dos viven. También pide cantar entre una década y otra, porque el hombre, criatura de Dios, debe alabar a su Creador cuando contempla "la obra de Sus manos." Sería bello si lo que Nuestra Señora pide, que es el orar cuando uno se sumerge en el mar, es aceptado por todos aquellos que se dicen que son sus niños: No pide el rezo completo del Santo Rosario, pero por lo menos el rezo de un Padre Nuestro, de un Gloria y de un Ave María, entre un nado y otro, solo o acompañado. El 15 de julio de 1996 ocurre el veinticinco aniversario del primer encuentro entre don Claudio y Marisa: trataremos de hablar sobre ello.

El 15 de Julio de 1971 Nuestra Señora dice a Marisa: "Hoy encontrarás a tu director espiritual." Marisa relata: "Las noticias me llenan de alegría y emoción, porque por años había aguardado a encontrarme con el sacerdote que debe guiarme. Veo a un sacerdote que camina a lo largo del camino que lleva a la casa donde soy huésped y pensando que es don Claudio, me acerco, pero después de unos pasos Nuestra Señora, dándome algunas pequeñas palmaditas en mi hombro izquierdo, me dice: "Espera, no es él." Poco después veo a un segundo sacerdote aparecer; otra salto de mi parte y otra brusca detenida por parte de Nuestra Señora: "No es él." Viene espontáneamente a mí preguntarme: "Pero quien será"? Finalmente Nuestra Señora, sonriendo, e indicando con Su mano, me dice: "Mira, es él." Veo a un joven, rodeado de muchos muchachos, que se acerca a mi casa con paso veloz. Algo en particular me llama la atención: tiene muchísimo pelo negro. Lo alcanzo y superando mi timidez le digo: "Soy Marisa"! La contestación me desalienta: ¡"Y que con eso"?, pero la sonrisa que sigue me permite entender que puedo poner mi confianza en él! De ese 15 de Julio de 1971 veinticinco años han pasado. Nuestra Señora quiere celebrar esta ocasión. Aparece la primera vez en la mañana y una segunda vez en la tarde, para decir: "Todo lo mejor, mis queridos niños, de todo el Paraíso. Son veinticinco años que ambos juntos han dado su vida a mi hijo Jesús y por las almas. Les dije esta mañana que podría hacer una gran y bella sorpresa. Probablemente no consiguen imaginar por un momento lo que han podido alcanzar en estos veinticinco años de sufrimiento, de sacrificios, de amor por las almas y por las personas que les causan su sufrimiento. Ahora les digo con gran alegría lo que han hecho en estos sus veinticinco años. Con una maravillosa sonrisa Nuestra Señora invita a Marisa a tomar papel y pluma y le pide haga una serie de multiplicaciones y sumas hasta llegar al número de días contenidos de los años de 1971 a 1996, considerando también años bisiestos. "Mi hija, ahora escribe: 9132. Éstas son las almas, una por día, que cada uno de ustedes salvó en veinticinco años. He contado una alma por día, mis pequeños niños, pero algunos ustedes salvaron veinte o treinta almas. Éste es un gran regalo que ustedes le dan a Dios Padre, a Dios Hijo, a Dios Espíritu Santo. Si tan sólo cada alma consiguiera salvar 9132 almas en veinticinco años"! Nuestra Señora se vuelve a don Claudio: "No es más bello saber esto que verme, hijo mío?" Y entonces continúa: "Deseo que lo que he dicho se informe en la presentación del próximo volumen de mensajes"!

Sólo para obedecer a Nuestra Señora, don Claudio y Marisa consienten en hacer saber parte del mensaje que se les dirigió a ellos; el resto, estrictamente personal, no se hace saber.

Para indicar la importancia de las apariciones Marianas y Eucarísticas, Nuestra Señora repite que "la historia hablará sobre los unos y los otros"! Comunica también el anuncio del triunfo de la Eucaristía, no obstante la oposición de muchos clérigos, alcanzará cada esquina de la Tierra y, gracias a este triunfo Eucarístico, se convertirá el mundo.

El día en que don Claudio y Marisa van a la catedral de Chiavari a orar, la silla de ruedas en la que Marisa se sienta, las ruedas se hunden en una parte del camino donde se llevan a cabo trabajos. Los que pasan miran y continúan su camino; sólo dos obreros consideran que don Claudio no puede por si mismo conseguir en hacer que las ruedas caminen de nuevo y se apresuran a ayudarlo en poner la silla en el camino. Nuestra Señora apareciéndose en la tarde, dice: "Dios perdona muchos pecados por una obra de misericordia. Esos dos obreros han sido tocados por la gracia y vinieron a la catedral después que ustedes, a confesarse." Don Claudio y Marisa son testigos de dos eventos espectaculares que pasaron en el cielo de Liguria, sobre un mar azul acariciado por el viento, pero deciden no hablar de él por el momento. En el último domingo de Julio, la Madre de la Eucaristía recuerda a los adultos de su responsabilidad con respecto a los jóvenes. Es conocido que los jóvenes durante sus vacaciones tienen experiencias negativas, se dejan llevar en una carrera para divertirse, corren tras placeres prohibidos, desatienden valores humanos y sociales, piensan que todo está permitido y se olvidan de Jesús. Nuestra Señora dice: ¡ "Cuantos jóvenes en este período sólo piensan en divertirse... Para ellos no hay Dios! Pueden hacerles entender que igualmente en vacaciones es necesario vivir con Dios. Oren por sus jóvenes. Amen a sus jóvenes, traten de entenderlos y ayudarlos. Si se dan cuenta de que no se comportan bien, hablen con ellos. Oh, cuántas madres y padres tienen miedo de decirles a sus propios niños que hacen una equivocación. No, de esa forma las cosas no van bien. Deben ayudar a sus jóvenes a corregirse" (91). Los adultos a menudo miran a personas jóvenes con ojos despreocupados, indiferentes y distraídos. "Ustedes adultos, den buen ejemplo y testimonio a los niños y jóvenes. ¿Qué aprenden los jóvenes y niños de los adultos? Despierten, mis queridos niños, de este largo sueño y muéstrenle a todo el mundo el amor que tienen hacia Jesús. También deben tener este amor hacia sus hermanos y hermanas, adultos y jóvenes. Estás llamado a ayudar a tu hermano, ¿si no porqué pudieran estar aquí? Está el mar, las montañas, la diversión también espera por ustedes" (92).

La Madre de la Eucaristía es también la Madre de todos los hombres: "Yo Soy la Madre, sé sus secretos, leo sus corazones. Los sigo uno por uno. Los miro, leo sus pensamientos, sus ansiedades, sus preocupaciones, no sería una Madre, si no me preocupara por cada uno de ustedes, desde niños, adultos, a abuelos" (93). Es conmovedor ver a un abuelo y a un nieto orar y oír que cuando se dirigen a Nuestra Señora, ambos La llaman "Madre." Todos deben saber que cuando nos volvemos a la "Madre del Cielo y de la Tierra," Ella ya sabe lo que necesitamos y "se anticipa a la petición," como dice Dante Alighieri.

Mientras Sus niños descansan, la Madre del Cielo y de la Tierra continúa incansablemente encontrándose con ellos para instarlos a la santidad: "Vivan el Santo Evangelio: sólo allí encontrarán todo lo que necesitan para alcanzar la santidad." Pero también los encuentra para invitarlos a vivir serenamente: "Regocíjense, canten, jueguen, hagan deportes como ya les he dicho alguna vez. La diversión saludable es buena para el alma y el cuerpo." Desgraciadamente algunos sacerdotes de Liguria, y de manera especial los de la diócesis de Chiavari, demuestran indiferencia y desconfianza no sólo con respecto a don Claudio y Marisa, sino también respecto a los jóvenes de la comunidad que van a la Riviera por un poco de vacaciones. La Madre de la Eucaristía interviene para dar serenidad y paz: "Hay personas que no consiguen aceptar la aparición y el amor por la Eucaristía. No se preocupen por todo esto. Sigan con serenidad, confianza, valor" (94).

Nuestra Señora en este período habla a menudo de la crítica situación de la Iglesia y de lo que se producirá dentro de ella, pero don Claudio y Marisa no dicen nada explícito sobre este asunto; ellos sólo nos invitan a orar mucho por la Iglesia y sobre todo por Juan Pablo II, quien vive el momento más difícil y sufrido de su propio pontificado.

Don Claudio y Marisa se encuentran y comparan también con otros videntes, viendo que también ellos saben la grave situación de la Iglesia. La petición que rompe el corazón, que la Madre de la Eucaristía vuelve a sus niños, puede resumirse de esta manera: "Obedezcan al Papa que hoy se llamaba Juan Pablo II y permanezcan unidos con los Obispos y sacerdotes que son obedientes al Papa." Quien ama la Eucaristía y a la Madre de la Eucaristía no puede sino amar al Papa, hombre de la Eucaristía.

Desgraciadamente el hombre continúa corriendo donde hay alguien o algo que le satisface su curiosidad o que le puede traer beneficio material, mientras abandona las reuniones donde es necesario manifestar su propio compromiso. Nuestra Señora dice claramente: "Es fácil asociarse con grupos que no demandan compromiso. El movimiento "Madre de la Eucaristía" en cambio, pide mucho y entonces uno busca escapar para encontrar otras actividades donde uno no trabaja duro. ¿Es tan difícil amar a Jesús la Eucaristía y amar a la Madre de la Eucaristía?" (95).

Las personas de Liguria respondieron reservadamente a la víspera de oración pedida para Dios. "Hoy no estoy en Roma, en la ciudad eterna que requiere de muchas, muchas oraciones; Estoy entre ustedes, aquí en Liguria, cerca de Génova. La Madre sufre hoy por la falta de respuesta de la gente. Dios llamó para esta vigilia de la oración no por Él, sino por ustedes y por todos los hombres. No ha habido la respuesta que Dios quería. ¿Dónde esta la gente invitada por Dios para hacer la vigilia? ¿Dónde está la gente que sabe sobre la vigilia en preparación para el día de fiesta, que no sólo es mía, sino también suya? ¿Porqué uno continúa poniendo a Dios en último lugar? Sacerdotes, monjas, laicos, gente llamada, videntes Lo pusieron en último lugar" (96). Nuestra Señora, cuando el Arcángel Gabriel Le anuncia: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios." (Lucas 1:35), Se define como "la Sierva del Señor" (Lucas 1:38). Cuando se aparece el 14 y 15 de Agosto, durante las reuniones de oración afirma: "He llamado en el nombre de Dios. El me ha dicho decirles estas cosas y se las he dicho porque soy la sierva de El y de ustedes. Por esta razón les pido, como su sierva, sentirse ustedes mismos también como siervos y orar por todos los hombres que todavía no pueden amar la Eucaristía. No digo amarme, no digo amar a los Angeles y a los Santos; Les pido amar la Eucaristía que ha triunfado tantas veces en medio de ustedes... Pero todavía no hay respuestas por parte de humanidad"! Nuestros jóvenes también van a Liguria para un período de descanso y vacaciones: en verdad lo necesitan; más allá de estar cansados debido a el estudio o al trabajo, de hecho, están agotados también porque comparten el sufrimiento, la amargura, la desilusión de don Claudio y Marisa. Cuando uno ama a una persona uno no puede quedar indiferente; verla probada y amargada. Marisa implora a Nuestra Señora muchas veces el apartar el sufrimiento de nuestros jóvenes: oye la contestación: "No es Dios quien envía el sufrimiento, es el hombre quien provoca el sufrimiento. Sin embargo Dios les ha confiado esta gran misión a los jóvenes: ellos los aman y por consiguiente sufren por ustedes"! Al final del período pasado en Liguria, la Madre de la Eucaristía pesa para los jóvenes los pros y los contras de sus vacaciones: "Han tomado sus vacaciones, han tenido altas y bajas, han habido nubes pequeñas y nubes grandes, pero también han guardado y avanzado espiritualmente, aun cuando esto no les parece así" (97). Nuestra Señora, a Quien nuestros jóvenes aman demasiado, es para ellos una maestra escolar maravillosa; Los sigue y los protege siempre, aun cuando no les evita el sufrimiento. Como una tierna madre, también los pone en guardia de los peligros y los llama de nuevo a una responsabilidad más grande: "Zambúllanse de nuevo al agua pero no exageren. Los vi ayer uno por uno; no deben exagerar. Estaba allí, los observaba y los ayudaba. ¡Alguien requería de mi ayuda! No deben aprovecharse de esto. Atención, el miedo puede hacer trucos feos. No hagan nada si tienen miedo. Dios me ha enviado en medio de ustedes para ayudarlos" (98).

La última semana de Agosto fué particularmente intensa debido a las reuniones con los sacerdotes, monjas y jóvenes. La Madre de la Eucaristía en la última aparición de Agosto pone a los sacerdotes en guardia de un gran pecado: "Penas le acontecen a aquel sacerdote si dice algo sobre un alma. Comete un serio pecado y puede ser excomulgado. El sacerdote debe morir por un alma, pero nunca debe hablar. Confesión y dirección le incumben sólo al sacerdote y al alma. Si la persona quiere hablar puede hacerlo, pero el sacerdote nunca debe hablar" (99).

Nuestra Señora vuelve Su maternal llamado a los sacerdotes, a las monjas y a los laicos que en lugar de comprender el título "Madre de la Eucaristía" y aceptar los mensajes que trae de Dios, hablan mal del sacerdote y de la vidente. "El sacerdote es Cristo, pero es también hombre y debe ser respetado como hombre y como sacerdote. ¿Porqué no consiguen amar también a quien habla en el nombre de Dios? Cuántas gracias ha recibo su Riviera, cuántas gracias han pasado por aquí y no se han aceptado. No han contestado la llamada y la gracia que Dios hizo al permitir venir al sacerdote y a la vidente. Volverán pronto a su ciudad, pero no por eso los abandonarán: no es su costumbre. Continuarán amando, aun cuando han sufrido mucho por todos" (100).

El mes de Agosto cierra con un gran evento: la XIX Conferencia Internacional llevada a cabo en Czestochowa del 24 al 26 de Agosto. El asunto del congreso es: "María y la Eucaristía"; varios cardenales hablaron al respecto pero la prensa, incluso la prensa Católica, le dan muy poca importancia al Congreso. Hasta el presente los informes del Congreso están disponibles solamente en Latín o en Polaco: traducciones en otros idiomas no existen. Nos preguntamos porqué este silencio. Aventuramos una hipótesis: quizá debido a un falso pacifismo y un incomprensible ecumenismo que quieren guardar silencio en temas que se consideran "ardientes," María como co-redentora y mediadora de todas las gracias"! El mes de Septiembre abre con una invitación urgente de parte de la Madre de la Eucaristía: "Celebren lo mejor que puedan el aniversario de la primer aparición, cuando mi Jesús salió del pecho del crucifijo" (101). Por esta razón don Claudio y Marisa, tan pronto como regresaron a Roma, empezaron las preparaciones. Los jóvenes de la comunidad responden con entusiasmo a la invitación a colaborar en la organización, y muchos adultos dispuestos se les unen.

El 5 de Septiembre de 1996 empezamos una novena para prepararnos espiritualmente para el gran día. Desde que algunos sacerdotes de Roma, en su oposición a estas apariciones Marianas y Eucarísticas van demasiado lejos al prohibir venir a las personas a orar por nosotros y con nosotros, Nuestra Señora interviene maternalmente: "Cuando mis queridísimos sacerdotes les prohiben ir a un lugar a orar, van contra el Derecho Canónico. Ningún sacerdote, obispo o cardenal y ni el mismo Papa pueden prohibirles ir a orar a donde quieran. Cuando algún hijo favorito mío les dice esto, entonces no lo tomen en cuenta, pero hagan lo que su corazón les dice. Si ir a orar a un lugar les da alegría, fuerza, valor, porqué no ir?" (102).

El viento de la calumnia, que disminuye durante la ausencia de don Claudio y Marisa de Roma, aumentan de nuevo para soplar violentamente en cuanto vuelven allí. De hecho sucede que sabemos que se mandan peticiones para impedir nuestras reuniones de oración, nuestras reuniones Bíblicas y la difusión de los mensajes de la Madre de la Eucaristía. Hay una cruzada activa organizada por importantes hombres de la Iglesia (cuyos nombres sabemos), para detener las apariciones Marianas y sobre todo las apariciones Eucarísticas. Es el desarrollo de esa situación la que hará ver a la Iglesia sujeta a una división y en la que habrá cardenales contra cardenales, obispos contra obispos, sacerdotes contra sacerdotes," porque "la Eucaristía, sacramento de unión, se volverá causa de división." En esta división en la Iglesia se verán en un lado aquéllos que aman la Eucaristía y en el otro lado aquéllos que La rechazan. Aquellos que aman la Eucaristía, aman también a Nuestra Señora, a la Iglesia y al Papa. Nosotros amamos la Eucaristía y por esa razón somos combatidos. Don Claudio habla sobre la Eucaristía y por esta razón tratan por todos los medios de reducirlo al silencio; Marisa se ha sacrificado por la Eucaristía y por esta razón sufre mucho. Para nosotros la Eucaristía es todo; sin la Eucaristía no hay nada. No tenemos miedo a sufrir por la Eucaristía; de hecho: estamos orgullosos de sufrir por Ella. La Madre de la Eucaristía afirma: "Ellos continúan pensando en cómo destruir este lugar hecho taumatúrgico por Dios" (103). De todas maneras Ella nos muestra que nos ama y quiere estar cerca de nosotros.

El 12 de Septiembre, festividad del Nombre de María, durante la aparición empieza a llover; entonces Nuestra Señora abre Su manto para impedir que nos mojemos. Esto ha sucedido otras veces, pero no cada vez que llueve, porque la Madre también nos ha enseñado "a aceptar el duro tiempo que es parte de las leyes de la naturaleza" (104). De hecho, durante la vigilia de oración en preparación para la celebración del primer aniversario del primer gran milagro Eucarístico llueve abundantemente, y para nosotros que nos preguntamos: "Porqué Dios nos da el sol para trabajar y luego durante la procesión permite que llueva y nos empapemos"? Nuestra Señora responde: "Cuantos "porqués" en sus corazones. Anoche Dios Me permitió que abriera mi manto encima de ustedes para que no se mojaran, hoy no lo ha hecho. Mis queridos niños, créanme, la lluvia era necesaria para ayudar a los hombres, sobre todo para aquellos que quieren dividir a su bella Italia, para que se conviertan y entiendan el gran error que cometen" (105). Después de todo Nuestro Señor pide tan poco de nosotros: el pequeño sacrificio de mojarse para evitar la división de nuestra bella Italia, división que puede tener como una consecuencia incluso una guerra civil.

Como ya lo hemos dicho las dos semanas precedentes al día de la festividad de la Exaltación de la Cruz, aniversario del primer gran milagro Eucarístico, es ocupado enteramente en trabajo febril para preparar todo bien. Los jóvenes y los adultos de la comunidad dan lo mejor de ellos, trabajando incansable y generosamente. Preparan las canciones, llevan a cabo trabajos de albañilería, se levanta una base en donde tiene que ser entronada una cruz para recordar el lugar exacto donde el primer milagro Eucarísticos aconteció, se construye un altar en el que se pone una vitrina de protección hecha de vidrio transparente para guardar el taumatúrgico Crucifijo de cuyo pecho salió la Santa Hostia muchas veces. La Madre de la Eucaristía manifiesta Sus gracias: "La Madre agradece a todos aquéllos que han colaborado en preparar todo esto con tanta alegría, afecto y también con algún pequeño sacrificio. La Madre agradece a todas las personas que han trabajado para hacer todo más bello" (106).

Celebramos con alegría y sufrimiento, porque seguimos impedidos de celebrar la Santa Misa en nuestra capilla. Este sufrimiento también se comparte por Nuestra Señora: "Sufro porque aquí han retirado a Jesús la Eucaristía. La prohibición comprende a todos los sacerdotes, porque en mi capilla ningún sacerdote puede celebrar la Santa Misa" (107).

En todo caso, mientras el hombre retira la Eucaristía, Dios la regresa: "Mi Hijo Jesús que es amor, alegría, sufrimiento les ha prometido que igualmente está siempre invisiblemente presente en este taumatúrgico lugar, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad" (108). La Madre nos invita a no descorazonarnos frente "a muchas cosas feas que están en este planeta Tierra" (109), y para demostrarnos que siempre está cerca, nos revela que "ese perfume que huelen a menudo también, es porque Yo estoy con ustedes, porque sobre todo Jesús la Eucaristía está con ustedes. Vengan, la Madre está aquí para orar con ustedes frente a la taumatúrgica Cruz, la Santa Cruz. ¡Viva la Cruz! Del Crucifijo han brotado el milagro Eucarístico, los Sacramentos, la Iglesia, porque la Eucaristía hace a la Iglesia" (110).

En la mañana del 15 de Septiembre, unas personas entrando a la capilla, notan inmediatamente unas Hostias entre la cabeza del Cristo Crucificado y la Cruz. Más tarde, durante la aparición, la Madre de la Eucaristía dice: "Hoy Dios Padre Me ha permitido traer las Santas Hostias con los Angeles, las hemos puesto detrás de la cabeza de Jesús que en ese momento sangraba, como sangraban su pecho y todas sus heridas, aun cuando no lo vieron" (111). La Madre de la Eucaristía misma entonces dio algunas preciosas enseñanzas para hacer que los miembros de los "grupos de oración" crezcan espiritualmente. Si se respetaran estas enseñanzas, causarían que las almas volaran sumamente rápido hacia alturas de santidad. Nuestra Señora les pide "ser siempre bellos internamente con gracia y también exteriormente en ropa, cuando estén ante Dios, ante Jesús la Eucaristía, El Rey de reyes, ante la Madre de la Eucaristía" (112). Después de que las personas indicadas por Nuestra Señora recibieron la Sagrada Comunión con las Sagradas Hostias traídas por Ella detrás de la cabeza del Crucifijo, la aparición Trinitaria sobreviene. Marisa exclama: "Veo a tres Jesús. Jesús entra dentro del Padre. También el Espíritu Santo ha re-entrado."

Al principio de cada aparición la Madre de la Eucaristía reza el Padre Nuestro, el Gloria, el Ave María, varias oraciones cortas y, en el caso de que no se haya cantado, el Magnificat. Se escandalizan algunas personas de que Nuestra Señora reza el Ave María porque dicen que: "Nuestra Señora no se puede orar a sí misma." La Madre de la Eucaristía por enésima vez interviene para explicar porqué reza el Ave María: "También se detienen en cosas pequeñas, como:

¿Porqué decir el Ave María con Nuestra Señora? "Qué tiene de extraño? ¿No puede ordenar Dios lo que El quiera? Dios Padre me pide rezar el Ave María y Yo siempre obedezco a Dios Padre. Ninguno de ustedes puede impedir a Dios Padre el permitir que el Ave María se rece. Nuestra Señora no ora para Ella: Ora por nosotros. Si meditan el Ave María, descubrirán las grandes verdades dichas por el Angel, mensajero de Dios. Rezo el Ave María, porque obedezco a Dios" (113).

Nuestra Señora en el mismo mensaje enfrenta otro problema delicado. Se ha vuelto un mal hábito de parte de varias personas el comparar una aparición con otra o afirmar que una aparición no es verdadera, por el hecho de que ocurre de una manera diferente respecto a otra, que, quizás, es mejor conocida, pero no por esto más importante: "Mis queridos niños, no quiero que hagan comparaciones con otras apariciones, eso no está bien. Vengo aquí porque Dios Padre ha elegido este lugar para ejecutar grandes cosas. Aquéllos que no se sientan con ganas de hacer esta jornada, váyanse en paz; nadie los forza o ni se le reprocha a nadie. Las comparaciones tampoco son buenas, ni las controversias; aquí uno viene a orar, aquí Dios ha hecho el milagro más grande en el mundo. Si no han entendido esto, entonces, mis queridos niños, aún deben hacer una larga jornada!" (114).

El mes de Septiembre cierra con una cálida recomendación por parte de Nuestra Señora: "Vengan a orar por Italia y sobre todo por Roma ante la Cruz hecha taumatúrgica y Santa por Dios" (115).

La oposición contra las apariciones Marianas y sobre todo contra las apariciones Eucarísticas aumentan notablemente; entre los opositores se encuentran clérigos y personas consagradas.

"Este lugar es taumatúrgico, es santo, pero desgraciadamente es acosado, ridiculizado, se hace burla de el con gran facilidad por los hombres que entienden y saben lo que es una aparición. Son los hombres que tratan de destruir este lugar, donde ha sido el milagro más grande en la historia de la Iglesia. Aquí mi hijo Jesús bajo la apariencia de pan ha aparecido visiblemente a todos en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad; aquí a su hermana se le ha aparecido la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo" (116).

En la misma aparición Nuestra Señora hace una afirmación a la cual ese día no pusimos mucha atención, pero en cambio lo considera ser un anuncio profético: "Dios puede hacer lo que El quiera, puede aparecer donde El quiera aparecer: en las taumatúrgicas estatuas de la Madre de la Eucaristía y en el pequeño Niño Jesús o en el Santo Crucifijo. Dios no necesita nada; El puede incluso hacer uso de una muy bella hoja donde el puede acostarse y decir: Estoy aquí, acostado en esta pequeñísima y - mi y su Madre diría - hoja bordada, porque Yo Soy Dios y para Mí nada es imposible." Nuestra Señora por la voluntad de Dios lleva a cabo el 20 de Octubre de 1996 lo que ha sido anunciado de antemano. Dejémosle la palabra a don Claudio. "Un poco antes de empezar el catecismo, Marisa y yo estamos orando, cuando percibimos un perfume especial penetrando el cuarto. Instintivamente volvemos nuestra mirada hacia la blanca estatua de la Madre de la Eucaristía, pensando en ver, como otras veces, la Santa Hostia puesta en ella. En cambio, para nuestra sorpresa nos damos cuenta de que en la estatua no hay nada; y aún así el perfume continúa. De repente Marisa dice: "Miren allí!" y con maravilla vemos lo que ha sido anunciado proféticamente por Nuestra Señora: una gran Hostia está sobre una hoja verde, en posición vertical, apoyada por una flor que actúa como un paraguas."

En los días siguientes, exactamente el 21, el 24, el 25 y el 26, otras Hostias son colocadas por Nuestra Señora en las hojas o dentro de las flores del hibisco. ¡Éstos repetidos grandes milagros Eucarísticos, por medio de los cuales Jesús la Eucaristía quiere mostrarnos que está con nosotros, llenan nuestras almas de paz, alegría y serenidad! Aún son recibidos con ironía, con mofa y con desprecio no sólo por muchos sacerdotes, personas religiosas y monjas sino también por quien tiene el deber de examinarlos de cerca con seriedad y respeto. Resuenan de nuevo dentro de nosotros las palabras del prólogo de Juan: "Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron." (Juan 1:11). Don Claudio a menudo repite que debemos ser pequeños y humildes porque Dios vuelve "Sus ojos a los humildad" de Sus siervos para quienes "hace grandes cosas." "Cuando oraron por el viaje del Santo Padre a Francia, un viaje que se presentó como muy difícil y duro y se produjo en medio de muchos forcejeos, mi Papa fue y volvió triunfante. Pues entonces, mi pequeño rebaño, fueron sus oraciones lo que permitó a todo ir bien. Oren por mi Papa, de manera que tenga la fuerza de aceptar y hacer la voluntad de Dios. Amen al Papa que hoy se llamaba Juan Pablo II" (117).

Cuando el Papa entra al hospital general "Gemelli" para ser sometido a una cirugía, Nuestra Señora nos pide no tanto orar por el buen resultado de la intervención, sino - y lo repite - que tenga el valor y la fuerza de hacer la voluntad de Dios Padre. El 7 de Octubre le dice explícitamente a Marisa: "A ti, mi hija, pido inmolación por Juan Pablo II, de manera que.." a este punto viene un bloqueo: no oímos mas lo que Marisa traduce del Arameo de la Madre de la Eucaristía... Además, no está correcto investigar lo que Dios quiere, al menos por el momento, permanece en secreto. Ni siquiera sabemos lo que significa que el Papa debe aceptar la voluntad del Padre, pero tenemos razones para pensar que don Claudio y Marisa pueden saberlo y pueden no hablar sobre ello; por otro lado pensamos que saben otros hechos reservados o confidenciales sobre la Iglesia, sobre los cuales por el momento mantienen la más absoluta reserva. Pero dudamos del todo que las noticias publicadas por la prensa y difundidas por televisión, en los días en los cuales el Papa está en el hospital, estén relacionadas con los mensajes Marianos...

En los momentos en que don Claudio y Marisa tienen la sensación que alrededor de ellos todo se derrumba debido a la feroz y preconcebida oposición por parte de los sacerdotes (en púlpitos o en los confesionarios), de monjas, de clérigos superiores, o debido a una campaña de falsas imputaciones y difamación, organizada por unos cuerpos informativos, para impedir a las personas venir y asistir a nuestras reuniones, la Madre de la Eucaristía les dice: "Si de ustedes, mis queridos niñitos, Dios pide mucho más que a otros presentes aquí, no es porque Él no los ame o porque no los escuche: es sólo porque los ha escogido para ayudar a la Iglesia, ayudar a Italia y a Roma, la Roma descristianizada y pagana" (118).

Mucha veces preguntamos: "Cuando intervendrá Dios de manera que la Eucaristía triunfe definitivamente y de manera que la verdad triunfe"? Jesús mismo da la respuesta: "Pronto, pero de acuerdo al tiempo de Dios."

Algunas personas que vienen a la aparición se influencian por las falsas imputaciones que oyen circular sobre la aparición de las Hostias: la apariencia de éstas sería el resultado de manipulación, engaño y trucos de conjura. "Cuando vengan a esta aparición, vengan con una alma pura, no para juzgar, para criticar, para ver cómo su hermana pueda abrir sus manos... Sus movimientos son muy difíciles!" (119).

¡Cuanta falta de respeto por parte de los hombres con respecto a Jesús la Eucaristía! Pasan frente al tabernáculo sin arrodillarse, hablan en la Iglesia, no cuidan los artículos y flores del altar, etc. De Nuestra Señora viene este ejemplo y esta enseñanza: "Ante Jesús en el Sacratísimo Sacramento la Madre se retira, se arrodilla y ora con ustedes" (120).

Nuestra Señora no aprueba aquel comportamiento como "Nicodemus que fue a Jesús de noche o como José de Arimatea, discípulo de Jesús, pero a escondidas por miedo a los judíos. Mis mensajes circulan por todas partes. Todo el mundo sabe lo que Dios quiere, pero no responden, hasta que no son tocados de cerca, luego si responden lo hacen en secreto, por miedo. Uno no puede amar a Dios a escondidas o con miedo. Uno Lo ama completamente: o con Dios o sin Dios" (121).

También los grandes políticos deben escuchar lo que Nuestra Señora dice de ellos: ¿ "No se dan cuenta por ustedes mismos que los hombres, sobre todo los grandes, no se aman el uno al otro y continúan hablando... hablando? Usan muchas palabras y nunca hablan de amor hacia el pobre, al enfermo, al necesitado. Tiran palabras al viento o hablan para su propio beneficio" (122).

Durante una aparición Marisa sufre los dolores de la pasión; Nuestra Señora le dice: "Mi querida niña, has salvado un alma, has salvado a quien estaba por profanar la Eucaristía" (123).

La Madre de la Eucaristía habla de nuevo de la necesidad de la Confesión y de la importancia de la dirección espiritual. "La confesión les libra del pecado y los une con Dios. No tengan miedo de confesarse, porque en ese momento el sacerdote es Cristo y tu hablas con Él. Olviden el aspecto humano, no debe existir para aquél que quiera crecer en santidad, y quiero que todos ustedes sean santos. Les suplico, quien no reciba la Eucaristía en estado de gracia, confiésese inmediatamente" (124). Sobre la dirección espiritual: "La dirección espiritual aún deja mucho que desear. ¿Será posible que no entiendan la importancia de dejarse llevar por Dios y por su director espiritual? No le dejen siempre la tarea de hablar, de darles un empujón. Oren por su sacerdote que les da tanto entusiasmo y tanta fuerza, aun cuando a veces el entusiasmo y la fuerza parece desaparecer por nada. ¿Porqué se rinden? ¿Porqué siempre esperan a que el sacerdote los inste? El sacerdote continúa sufriendo y sintiendo amargura y espinas" (125).

Mientras tanto se nos disuade de recibir periodistas, de conceder entrevistas a la prensa y de aparecer en la televisión, mientras no se impide a nuestros oponentes hacerlo en tal manera que las falsas imputaciones y difamaciones alcanzan los medios masivos de comunicación que causan gran daño a don Claudio, a Marisa y a todos los miembros del Movimiento. Al frente de esta nueva campaña difamatoria, el Vicariato de Roma guarda silencio, mientras ningún sacerdote muestra la menor solidaridad con don Claudio; es seguro, sin embargo, que para mostrar solidaridad respecto a cualquier otra persona todo el mundo se movería e incluso por mucho menos. Pero si los hombres se retiran para defender a una persona inocente acusada injustamente, Dios interviene. Las apariciones verdaderas se disparan; la Madre de la Eucaristía dice que estas apariciones de las que somos testigos, son las más importantes: es debido a esto que son las más combatidas. Pero el forcejeo continúa: los hombres, intrépidos, golpean este taumatúrgico lugar. "Continúan mofándose de ustedes, haciéndoles mal a ustedes y no saben que por el contrario ofenden a mi hijo Jesús y a Mí. No siendo capaces de decirnos a Jesús y a Mí que hacemos trucos conjurados o que tratamos con maravillas de feria, les dicen a mis niños. A nosotros nunca se atreverían a dirigir estas imputaciones y es así que los hombres no están en estado de gracia, ausentes, sonríen burlonamente, muelen sus dientes, atacan a mis niños, mis queridos y favoritos dos niños. Los tiempos están cerca, y esta gente todavía no se da cuenta de que pierden terreno continuando tratando mal a mis niños, y aquéllos que blasfeman a la Madre de la Eucaristía; esto es grave. Dios Padre que ama a María, Madre de la Eucaristía, no permitirá esta situación por más tiempo. Miren a su hermana: está llena de dolores que la entorpecen tanto que no es capaz incluso de comer, bañarse, peinarse. Podría uno hacer trucos de conjura en estas condiciones?" (126).

Para demostrarnos que El está siempre con nosotros que sufrimos "por su Nombre," Jesús afirma solemnemente: "Yo, Jesús la Eucaristía, estoy siempre con ustedes, invisible y visiblemente." Esta presencia Eucarística incesante que, no obstante la prohibición de la autoridad eclesiástica, se realiza por intervención Divina, es para nosotros la fuente de fortaleza, de valor, de paz y alegría.

A pesar de esto, no obstante se siente pesadamente el sufrimiento, Nuestro Señor quiere que permanezcamos serenos: "Sé que sufren mucho, pero quiero verlos sonreír. Su sacerdote les da el ejemplo en hablar, en sonreír, en crear un ambiente de amor y de oración. Mis queridos jóvenes, ojalá puedan estar más sonrientes: no de esta manera, no, no; ¡de esta manera no ayudan a su sacerdote! Y siempre sigan adelante" (127). En el Evangelio está frecuentemente la exhortación "no teman"; a nosotros Jesús nos repite mucha veces este estímulo: "Si en verdad aman a Mí Madre y a Mí, Jesús, si aman esta obra, esta misión que Dios Omnipotente ha querido, no deben detenerse, sino que deben seguir adelante con valor. El forcejeo es duro, es difícil; sin embargo no debe descorazonarse. Yo, Jesús, He querido venir a hablar con ustedes, alentarlos, y ayudarles a llevar a cabo la misión, la obra de Dios. Los hombres pueden destruir al sacerdote y a su hermana, pero la obra sigue adelante. Dios, si lo quiere, podría destruir todo en uno segundo, pero todavía tiene paciencia, todavía trata de salvar a la humanidad" (128).

Nuestra Señora hace algún tiempo nos dijo:" Mis niños, recuerden que una azucena aun cuando se sumerge en el barro, sigue siendo siempre una azucena y no pierde su belleza y su identidad," y Jesús ha afirmado: "Ustedes son flores sumergidas en muchas cosas feas de la Tierra y han salido de ella siempre limpias, siempre puras" (129).

San Pablo escribe: "Los judíos piden "señales" milagrosas y los gentiles buscan "sabiduría",

mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo para los judíos, y es locura para los gentiles,

pero para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios." (1 Cor. 1:22-24). La elección de Pablo: "Predicamos a Cristo Crucificado," fue hecha exactamente por don Claudio, de quien Jesús dice: "Si su sacerdote predica algo falso, pero que fuera conveniente para todo el mundo, sería llevado en triunfo. El habla, predica la verdad y ama a Jesús la Eucaristía" (130).

Y ahora ha llegado el momento de poner la palabra "fin" a este último capítulo "de nuestra historia"; pero antes de intercambiar el saludo "adiós hasta que el próximo año" sentimos que necesitamos elevar nuestras gracias a Dios por los grandes regalos que ha derramado sobre nosotros: cinco apariciones Trinitarias, treintaisiete milagros Eucarísticos, aproximadamente treinta apariciones de Jesús y cerca de cientocincuenta apariciones de Nuestra Señora (en el cálculo de las apariciones no se incluyen aquéllas que Marisa tuvo sola o sólo en la presencia de don Claudio, apariciones que continúan a diario). Mencionamos solamente, sin especificarlos, los fenómenos místicos y las experiencias sobrenaturales de las que Marisa es la destinataria, la protagonista o la beneficiaría. A todo esto es necesario agregar cientocincuentaycuatro mensajes que constituyen un material precioso para el catecismo, para las reuniones Bíblicas y de oración y para predicar. Queremos recordarles también de las conversiones, las gracias espirituales y las curaciones físicas, obtenidas por intercesión de la Madre de la Eucaristía. El título de esta colección de mensajes "La Eucaristía hace a la Iglesia" sintetiza las enseñanzas de la Iglesia, o por lo menos una parte de ellas, con respecto a lo grandioso de los Sacramentos. Renovamos nuestra total adherencia al magisterio de la Iglesia, nuestra mas total obediencia al Papa, a los Obispos y a los sacerdotes que están unidos al Papa, y continuamos ofreciendo al Señor oraciones, ayunos, sacrificios, sufrimientos, compromiso y testimonio de manera que se acelere el triunfo de la Eucaristía en todo el mundo.

¡NOS VEMOS EN EL PARAISO!

Editado por el Comité Cultural del Movimiento "Impegno e Testimonianza - Madre de la Eucaristía."

Roma, 1o. de Junio de 1997

Fiesta del Sacratísimo Cuerpo y Sangre de Jesús


Aquí se enlistan los mensajes de donde se transcribieron las citas en las coma invertidas.

(1) Mens. del 21 de Noviembre de 1995

(2) Mens. del 1ro. de Noviembre de 1995

(3) Mens. del 5 de Noviembre de 1995

(4) Mens. del 12 de Noviembre de 1995

(5) Mens. del 12 de Noviembre de 1995

(6) Mens. del 10 de Noviembre de 1995

(7) Mens. del 24 de Noviembre de 1995

(8) Mens. del 2 de Noviembre de 1995

(9) Mens. del 5 de Noviembre de 1995

(10) Mens. del 12 de Noviembre de 1995

(11) Mens. del 12 de Noviembre de 1995

(12) Mens. del 16 de Noviembre de 1995

(13) Mens. del 23 de Noviembre de 1995

(14) Mens. del 27 de Noviembre de 1995

(15) Mens. del 10 de Diciembre de 1994

(16) Mens. del 25 de Diciembre de 1995

(17) Mens. del 26 de Diciembre de 1995

(18) Mens. del 26 de Diciembre de 1995

(19) Mens. del 26 de Diciembre de 1995

(20) Mens. del 26 de Diciembre de 1995

(21) Mens. del 26 de Diciembre de 1995

(22) Mens. del 6 de Enero de 1996

(23) Mens. del 14 de Enero de 1996

(24) Mens. del 25 de Enero de 1996

(25) Mens. del 12 de Febrero de 1996

(26) Mens. del 8 de Febrero de 1996

(27) Mens. del 8 de Febrero de 1996

(28) Mens. del 2 de Marzo de 1996

(29) Mens. del 14 de Marzo de 1996

(30) Mens. del 24 de Marzo de 1996

(31) Mens. del 24 de Marzo de 1996

(32) Mens. del 28 de Marzo de 1996

(33) Mens. del 31 de Marzo de 1996

(34) Mens. del 24 de Marzo de 1996

(35) Mens. del 4 de Abril de 1996

(36) Mens. del 4 de Abril de 1996

(37) Mens. del 4 de Abril de 1996

(38) Mens. del 7 de Abril de 1996

(39) Mens. del 14 de Abril de 1996

(40) Mens. del 14 de Abril de 1996

(41) Mens. del 18 de Abril de 1996

(42) Mens. del 21 de Abril de 1996

(43) Mens. del 18 de Abril de 1996

(44) Mens. del 27 de Abril de 1996

(45) Mens. del 28 de Abril de 1996

(46) Mens. del 28 de Abril de 1996

(47) Mens. del 1ro. de Enero de 1996

(48) Mens. del 4 de Mayo de 1996

(49) Mens. del 5 de Mayo de 1996

(50) Mens. del 5 de Mayo de 1996

(51) Mens. del 11 de Mayo de 1996

(52) Mens. del 12 de Mayo de 1996

(53) Mens. del 14 de Mayo de 1996

(54) Mens. del 15 de Mayo de 1996

(55) Mens. del 17 de Mayo de 1996

(56) Mens. del 16 de Mayo de 1996

(57) Mens. del 16 de Mayo de 1996

(58) Mens. del 18 de Mayo de 1996

(59) Mens. del 19 de Mayo de 1996

(60) Mens. del 19 de Mayo de 1996

(61) Mens. del 20 de Mayo de 1996

(62) Mens. del 21 de Mayo de 1996

(63) Mens. del 23 de Mayo de 1996

(64) Mens. del 25 de Mayo de 1996

(65) Mens. del 25 de Mayo de 1996

(66) Mens. del 28 de Mayo de 1996

(67) Mens. del 31 de Mayo de 1996

(68) Mens. del 31 de Mayo de 1996

(69) Mens. del 31 de Mayo de 1996

(70) Mens. del 31 de Mayo de 1996

(71) Mens. del 2 de Junio de 1996

(72) Mens. del 13 de Abril de 1995

(73) Mens. del 13 de Mayo de 1996

(74) Mens. del 29 de Junio de 1995

(75) Mens. del 1ro. de Julio de 1995

(76) Mens. del 2 de Junio de 1996

(77) Mens. del 14 de Junio de 1996

(78) Mens. del 14 de Junio de 1996

(79) Mens. del 15 de Junio de 1996

(80) Mens. del 15 de Junio de 1996

(81) Mens. del 20 de Junio de 1993

(82) Mens. del 20 de Junio de 1996

(83) Mens. del 23 de Junio de 1996

(84) Mens. del 29 de Junio de 1996

(85) Mens. del 29 de Junio de 1996

(86) Mens. del 30 de Junio de 1996

(87) Mens. del 30 de Junio de 1996

(88) Mens. del 5 de Julio de 1996

(89) Mens. del 7 de Julio de 1996

(90) Mens. del 14 de Julio de 1996

(91) Mens. del 3 de Agosto de 1996

(92) Mens. del 28 de Julio de 1996

(93) Mens. del 4 de Agosto de 1996

(94) Mens. del 11 de Agosto de 1996

(95) Mens. del 15 de Agosto de 1996

(96) Mens. del 14 de Agosto de 1996

(97) Mens. del 22 de Agosto de 1996

(98) Mens. del 22 de Agosto de 1996

(99) Mens. del 25 de Agosto de 1996

(100) Mens. del 25 de Agosto de 1996

(101) Mens. del 1ro. de Septiembre de 1996

(102) Mens. del 7 de Septiembre de 1996

(103) Mens. del 8 de Septiembre de 1996

(104) Mens. del 13 de Septiembre de 1996

(105) Mens. del 13 de Septiembre de 1996

(106) Mens. del 13 de Septiembre de 1996

(107) Mens. del 14 de Septiembre de 1996

(108) Mens. del 14 de Septiembre de 1996

(109) Mens. del 14 de Septiembre de 1996

(110) Mens. del 14 de Septiembre de 1996

(111) Mens. del 15 de Septiembre de 1996

(112) Mens. del 15 de Septiembre de 1996

(113) Mens. del 22 de Septiembre de 1996

(114) Mens. del 22 de Septiembre de 1996

(115) Mens. del 29 de Septiembre de 1996

(116) Mens. del 5 de Octubre de 1996

(117) Mens. del 5 de Octubre de 1996

(118) Mens. del 5 de Octubre de 1996

(119) Mens. del 13 de Octubre de 1996

(120) Mens. del 13 de Octubre de 1996

(121) Mens. del 17 de Octubre de 1996

(122) Mens. del 17 de Octubre de 1996

(123) Mens. del 17 de Octubre de 1996

(124) Mens. del 20 de Octubre de 1996

(125) Mens. del 24 de Octubre de 1996

(126) Mens. del 27 de Octubre de 1996

(127) Mens. del 31 de Octubre de 1996

(128) Mens. del 31 de Octubre de 1996

(129) Mens. del 31 de Octubre de 1996

(130) Mens. del 31 de Octubre de 1996