Eucharist Miracle Eucharist Miracles

Homilía de S.E. Mons. Claudio Gatti del 5 diciembre 2007

7° día de la novena para el 8 diciembre

Podéis daros cuenta de que hablo sin que me condicione el número de las personas presentes o quién esté presente; puedo hablar cuando hay diez personas o callar cuando hay cincuenta, lo que cuenta es que también yo, como vosotros, me pongo a la escucha cuando el Señor habla aunque lo haga de maneras diferentes y a través de personas diferentes. Hoy os ofrezco una reflexión que, sin duda, encontraréis en la presentación de los próximos libros que recogerán las Cartas de Dios. Para que podáis memorizar bien los conceptos, sugiero que os imaginéis ante una ciudadela construida sobre una base cuadrada. La Iglesia tiene los muros para defenderse de los asaltos del enemigo y cada uno de los puntos de conjunción de los lados ordinariamente tiene una torre donde hay un general del cuerpo de la armada que da las instrucciones para defenderse de los ataques. Idealmente la ciudadela de la que os quiero hablar, y que yo llamo "eucarística", está también ella compuesta por cuatro lados que son: la palabra y la gracia de Dios, los sacramentos y los santos que han sido generados por la misma Iglesia; los puntos de conjunción que unen los lados son, en los diseños de Dios: la Madre de la Eucaristía, San José Custodio de la Eucaristía, el Obispo de la Eucaristía y la Víctima de la Eucaristía. El que lo tiene todo unido e impide que entre el enemigo en el interior de esta ciudad eucarística es Jesús Eucaristía. Esta es una imagen que he querido ofreceros para que podáis comprender como las personas que sirven de punto de conexión y que están subordinadas a Cristo, tienen todas un papel que está vinculado de manera particular a la Eucaristía. La Eucaristía, os lo he dicho muchas veces, lo es todo y lo comprende todo, como puede verse del mismo título de "Madre de la Eucaristía". Este título nos permite comprender que en esta realidad está presente tanto la Trinidad como el otro misterio de nuestra fe: la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Cristo, en él está presente Cristo Eucaristía pero también Cristo Palabra, Salvador, Mesías, Amigo y Cristo Hijo de Dios. Es un recordatorio de que existen estas múltiples realidades que la Eucaristía se hizo manifiesta y, a esta obra también se asoció con San José, al que nosotros llamamos "Custodio de la Eucaristía". Alguno, y me refiero a los que se definen teólogos, pero que probablemente no entiende bien las cosas, podrían sentir repulsión ante de este título, afirmando que San José murió antes de la Redención. Vosotros podríais replicar afirmando que también la Virgen ha sido redimida antes de que Cristo naciera y muriera. A los ojos de Dios no hay ninguna diferencia; consideremos, por otra parte, que si la Eucaristía es Jesús verdadero Dios y verdadero Hombre, Él está presente en la Eucaristía en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, por lo que si José ha hecho el papel de custodio respecto a Jesús, hará el mismo papel respecto a Jesús Eucaristía. Ahora está más clara la importancia de la Virgen que ha generado en el tiempo la humanidad, la persona de Cristo, el custodio de la Eucaristía y a continuación, cuando Dios ha visto que los habitantes de esta ciudad eucarística empezaban a estar a merced del desaliento, ha suscitado a dos personas, un obispo y una víctima, a las cuales les ha dado la tarea de desempeñar un papel en beneficio de los hombres para que estuvieran cada vez más iluminados, alimentados y confortados por la Eucaristía. Custodiad, gustad y meditad esta imagen porque, a través de ella, os he presentado de manera simple y comprensible a todos lo que es la Iglesia, quién es Cristo, quién es María y quién es San José. Es inútil hablar de manera complicada porque los que escuchan no comprenden lo que se les dice. Recordad la gran enseñanza que nos dio uno de los más grandes papas de la Iglesia, Juan Pablo I, aunque sólo haya reinado apenas treinta y tres días: "Yo vuelo bajo, porque las nubes altas no traen lluvia y si fuera capaz de hacer entender incluso de poca personas sería feliz, porque cuando hablan a veces ciertos personajes, no se entiende ni el Padre Nuestro que dicen al inicio de sus intervenciones"