Mis queridos hijos sacerdotes, todos sois mis hijos predilectos, pero no todos responden a la llamada de Dios Omnipotente, no todos corresponden al don del orden sacerdotal. Muchos de mis hijos predilectos corren detrás de las riquezas, del consumismo, de los placeres desordenados de la carne, al anhelo de destacar y por correr tras lo humano se alejan cada vez más de lo divino. Vosotros sabéis, mejor que ningún cristiano, que Satanás se infiltra a través de las fisuras que se dejan sin custodia, vosotros sois responsables de vosotros mismos y de las almas que Dios os confía.
El 12 de febrero de 1998, Jesús dijo: "...Sufro mucho porque el hombre no convierte su corazón, pero Dios Padre ha decidido dar a su hermana una gran tarea: ella debe escribir una carta a todos los Jefes de Estado de la tierra..." Dos días después la carta, incluyendo un mensaje de Dios para lograr la paz en el mundo, fue enviada a través de las embajadas de alrededor de 130 países en Roma y también al Secretario General de la ONU, Sr. Kofi Annan. La carta y el mensaje de Dios se presentan a continuación.
Mis niños, soy el Padre Pio y estoy entre ustedes. Dios me dijo que siempre viniera aquí para orar con ustedes; además Jesús, Nuestra Señora y todos los ángeles y los santos Yo también estaré presente aquí. Es deseo del gran Dios que todos los grupos de oración del Padre Pío vengan a veces a visitar y orar en este thaumatúrgico lugar.
Mi voz siempre gritaba contra todos esos hombres que quería destruir el mundo. Siempre gritaba: ¡conviertan sus corazones! No puedes verme porque Yo soy Dios, y no hay ningún otro Dios. Quiero la conversión de mis hijos favoritos; (1) Yo, Dios, quiero su conversión. Marisa - Dios mío, oigo una muy, pero muy fuerte voz pero no veo nada. Jesús, Nuestra Señora, San José, los ángeles y los santos están todos de rrodillas con su cara inclinada hacia abajo.
Yo, Dios, hablé a ustedes hace un año y lo que dije ha llegado casi a todas partes. Saben la razón por la qué les hablo. Dije: "Ay de aquellos que ofenden este taumatúrgico lugar; ay de aquellos que destruyen al obispo; ay de aquellos que no creen en las apariciones Eucarísticas". Muchos milagros Eucarísticos sucedieron ante sus ojos. Yo Soy Dios y puedo hacerme lo que quiera. Podría destruir el mundo y hacerlo de nuevo con unas pocas almas y unos pocos sacerdotes; pocos, pero santos. No quiero el sufrimiento causado por los hombres que continúan persiguiéndolos.
Yo soy Dios Padre y he venido a este lugar, elegido por Mi, para daros las gracias y para invitaros a orar, como ha pedido a menudo María, Madre de la Eucaristía. Esta vez os invito a orar por todos los sacerdotes, desde el Papa al sacerdote más pequeño, y por todos los superiores, desde el más grande al más pequeño. Yo estoy harto de ver tanta porquería en este mundo que he creado y de lo cual ahora los hombres no se dan cuenta. La porquería arranca de los jóvenes, de los adultos y de los ancianos. Estoy harto de ver tanta porquería. Vosotros habéis sido elegidos por Mi, a vosotros os he mandado a María, Madre de la Eucaristía para orar con vosotros y para llevar mis cartas, que no siempre son tomadas en consideración.
El día 4 de octubre de 2001 S. E. Monseñor Claudio Gatti, Obispo ordenado por Dios, celebró la Santa Misa como conclusión de una jornada de adoración eucarística organizada por los miembros de la comunidad para implorar el don de la paz. Marisa, que a causa del reagudizarse de sus enfermedades no había podido bajar a la capilla, seguía la celebración de la Santa Misa vía radio. Después de la consagración, la vidente ha visto dos relámpagos iluminar la habitación y ha pensado que podía ser simplemente consecuencia de perturbaciones atmosféricas.
Sea alabado Jesucristo, mis queridos hijos. Vuestro Jesús está contento de cómo habéis preparado la fiesta; habéis sido verdaderamente hábiles en hacerlo funcionar todo de la mejor manera. Desde el Paraíso hemos descendido todos a la Tierra y nos hemos alegrado con vosotros. El calor no os espanta; humanamente hablando, es duro estar quietos bajo el sol, pero Dios ha mandado un poco de aire, y habéis notado un poco el frescor. Pensad que entre vosotros hay quien no puede soportar absolutamente nada el calor, porque puede tener colapsos, sin embargo ha superado todo el malestar provocado por el calor porque ha sido ayudado, como ha sido ayudada vuestra hermana para caminar.
Yo Soy Dios y he venido para deciros pocas, poquísimas palabras. Mi amor por este lugar taumatúrgico es grande. El que ha mandado la carta reduciendo al estado laical al mas grande obispo de todo el mundo, tendría que ser excomulgado. Recordad que para reducir al estado laical a un sacerdote es necesario hacer los siguientes graves delitos: volverse apóstata, herético, cismático; profanar la Eucaristía; usar la violencia física contra el Papa; cometer determinados graves pecados contra el VI mandamiento.